La crisis del combustible ha tenido un impacto devastador en el sector pesquero de Nueva Esparta, dejando varadas a más de 500 embarcaciones y poniendo en riesgo el sustento de cientos de familias.
Luis Valerio, vocero de la comunidad pesquera de Boca del Pozo, ha denunciado que la escasez de combustible ha paralizado tanto a la flota industrial como a los pescadores artesanales.
“Llevamos semanas sin poder salir a faenar. Nuestros barcos están varados en los puertos, y nuestras familias pasan hambre”, alertó Valerio.
La situación se ha vuelto insostenible para los pescadores, quienes no solo enfrentan dificultades para adquirir el combustible necesario, sino que además se ven obligados a entregar una parte de su captura como pago adicional.
Según una nota del medio local Sol de Margarita, “la escasez de combustible ha afectado a la flota industrial y, también, a los pescadores artesanales quienes, además de las dificultades para adquirir gasolina, se ven obligados a entregar 30kg de su captura como pago adicional”.
La paralización de la actividad pesquera tiene graves consecuencias para la economía local.
La disminución en la producción de pescado ha generado una disminución en los ingresos de las familias pesqueras y ha afectado a toda la cadena de valor, desde los comerciantes hasta los consumidores.
Ante esta situación, la comunidad pesquera de Macanao ha hecho un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas que permitan solucionar esta problemática y garantizar el suministro de combustible para las embarcaciones.
Exigen que se establezcan mecanismos que garanticen el acceso equitativo al combustible a precios justos, y que se evite la práctica de exigir cuotas adicionales de pescado como pago por el suministro.