El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, enfrentó una moción de destitución el sábado, la cual fue boicoteada por los diputados de su partido, el Partido del Poder Popular (PPP), permitiendo que sobreviviera a la misma. Yoon desencadenó una crisis política al declarar ley marcial y enviar tropas al parlamento, aunque posteriormente tuvo que retractarse debido a la oposición generada por los diputados y la población.
Los partidos de oposición propusieron la votación de la moción para destituir a Yoon, pero casi todos los diputados del PPP abandonaron la Asamblea Nacional, condenando así el fracaso de la moción al no alcanzar la mayoría requerida de dos tercios. El presidente del parlamento declaró que el resultado de la moción no era válido debido a la falta de apoyo.
Ante la posibilidad de un nuevo intento de destitución, el líder opositor Lee Jae-myung afirmó que seguirán luchando para remover a Yoon Suk Yeol, a quien consideran un riesgo para Corea del Sur. Mientras tanto, Yoon emitió disculpas por su decisión de declarar la ley marcial y aseguró que su futuro político estará en manos de su partido.
En un discurso televisado, Yoon expresó su sincera disculpa por causar ansiedad e inconvenientes a los ciudadanos, comprometiéndose a respetar la decisión de su partido. Ante la incertidumbre política en Corea del Sur, los manifestantes han manifestado su intención de seguir movilizados hasta lograr un cambio en el liderazgo.
La situación política en Corea del Sur sigue siendo incierta, con posibles repercusiones a nivel nacional e internacional. La estabilidad del país y la percepción de sus ciudadanos están en juego, mientras se espera una resolución definitiva en torno al destino del presidente Yoon Suk Yeol.