El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, emitió disculpas el sábado por el malestar causado por la controversia en torno a la aprobación y posterior anulación de la ley marcial por el Parlamento. En un intento por estabilizar la situación política, pidió a su partido trabajar en esa dirección y aseguró que la declaración de la ley marcial fue un acto de desesperación que no se repetirá.
Durante su primera aparición pública desde la polémica, el mandatario surcoreano afirmó que asumirá todas las responsabilidades legales y políticas derivadas de la situación. Asimismo, dejó en manos de su partido la tarea de encontrar soluciones para estabilizar el panorama político durante su mandato.
Sin embargo, Han Dong Hoon, líder del Partido del Poder Popular y miembro de la misma agrupación política que el presidente, expresó que la renuncia anticipada del mandatario es inevitable. Consideró que la situación actual imposibilita que el presidente cumpla efectivamente con sus funciones y abogó por una salida que beneficie a Corea y su pueblo.
La controversia se desató cuando el presidente acusó a la oposición de mostrar simpatía hacia Corea del Norte, justificando así la implementación de la ley marcial. Esta medida se tomó después de que los legisladores opositores, con mayoría en el Parlamento, aprobaran un presupuesto y promovieran mociones para destituir a altos funcionarios.
En respuesta a estas acusaciones, Lee Jae Myung, líder opositor, expresó su decepción y señaló que la única forma de resolver la situación es con la renuncia inmediata del presidente o a través de un juicio político. La tensión política en Corea del Sur ha generado un clamor público por una salida rápida y efectiva a la crisis actual.