En un día fatídico hace 25 años, el 15 de diciembre de 1999, el estado de Vargas en Venezuela fue devastado por torrenciales lluvias que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra. Esta catástrofe borró del mapa localidades enteras, dejando miles de damnificados y un número indeterminado de víctimas. En medio de este desastre natural, se produjeron saqueos y alteraciones al orden público en las zonas afectadas, lo que llevó a la intervención de las autoridades militares y de inteligencia.
Organizaciones de derechos humanos denunciaron que, para restablecer el orden, se suspendieron de facto las garantías constitucionales, lo que resultó en detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas. En un testimonio desgarrador, Alejandra Iriarte relató cómo su esposo fue detenido y desaparecido por fuerzas militares durante aquella tragedia.
Los desaparecidos, en su mayoría hombres jóvenes de sectores económicamente deprimidos, tenían antecedentes penales, lo que alimentó la teoría de que las fuerzas de seguridad buscaban eliminar a supuestos criminales. Este caso se convirtió en la primera violación a los derechos humanos bajo la “Revolución bolivariana” en Venezuela.
A pesar de investigaciones y juicios, las incógnitas sobre los desaparecidos no han sido respondidas. La familia de Óscar Blanco, una de las víctimas, ha luchado durante años por la verdad y la justicia. A pesar de la admisión parcial de responsabilidad por parte del gobierno, las familias de las víctimas siguen esperando respuestas concretas y reparación.
Expertos en derechos humanos señalan que la falta de cumplimiento de sentencias internacionales ha permitido que las desapariciones forzadas continúen en Venezuela. La negación de las autoridades y la impunidad de los responsables han perpetuado esta violación de los derechos humanos en el país.
A pesar de los años transcurridos, los familiares de las víctimas, como Alejandra Iriarte, continúan luchando por la verdad y la justicia. La memoria de aquellos que desaparecieron en medio de la tragedia de 1999 sigue presente, exigiendo respuestas y reparación.