En un foro denominado “El camino político a 2025”, líderes políticos y empresariales discutieron los desafíos económicos que enfrentará Venezuela en el próximo año. La crisis política actual genera incertidumbre sobre el futuro económico del país después del 10 de enero. En este contexto, Tiziana Polesel, segunda vicepresidenta de Fedecámaras, destacó la importancia de equilibrar las necesidades económicas con la defensa de los valores democráticos.
Jorge Roig, expresidente de Fedecámaras, señaló la importancia de mantener las empresas operativas a pesar de las críticas políticas, enfatizando que esto no implica una huida. Por su parte, Polesel subrayó la relevancia de preservar la propiedad privada y la continuidad de las operaciones empresariales como elementos fundamentales para enfrentar los cambios en el país.
En el foro, se abordaron críticas hacia el papel de Fedecámaras y la respuesta del empresariado ante la situación política. Molina Galdi cuestionó la postura de algunos líderes empresariales, alertando sobre los riesgos de no comprometerse firmemente con la defensa de la democracia. Bautista de Alemán coincidió con estas críticas, enfatizando la necesidad de que el gremio empresarial asuma un rol activo en la protección de los derechos humanos y la democracia.
En cuanto a las perspectivas para 2025, Roig pronosticó un panorama pesimista, con un mayor aislamiento internacional, posibles sanciones adicionales y estancamiento económico si el gobierno no logra mejorar su gestión y obtener reconocimiento internacional. Además, anticipó que los trabajadores no verán aumentos significativos en sus salarios, ya que el gobierno mantendrá las políticas de bonos y subsidios.
En resumen, el foro “El camino político a 2025” puso de manifiesto la importancia de encontrar un equilibrio entre las necesidades económicas del país y la defensa de los principios democráticos, así como la necesidad de que el empresariado asuma un compromiso firme en la protección de la democracia y los derechos humanos. Las perspectivas para el próximo año son desafiantes, con un escenario económico complicado y un aumento de la presión internacional sobre el gobierno venezolano.