Tambores de guerra: Venezuela frente a un posible conflicto armado
Un casus belli es un término latino que se utiliza para describir un incidente, acción o situación que sirve como justificación o pretexto para iniciar una guerra, conflicto armado o acción militar. En otras palabras, un casus belli es un evento o situación que se considera una amenaza o un ataque a la soberanía, la seguridad o los intereses de un país o entidad política, y que se utiliza como razón para declarar la guerra o tomar medidas militares en respuesta.
Ejemplos históricos de casus belli incluyen el ataque a Pearl Harbor por parte de Japón en 1941, que sirvió como casus belli para la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial; la invasión de Polonia por parte de Alemania en 1939, que sirvió como casus belli para la declaración de guerra por parte de Francia y el Reino Unido; o el hundimiento del buque USS Maine en 1898, que se atribuyó a España y sirvió como casus belli para la Guerra Hispanoamericana.
Es importante destacar que la interpretación de un evento como casus belli puede ser subjetiva y puede variar dependiendo de la perspectiva y los intereses de las partes involucradas. Además de servir como excusa para formalizar un conflicto que va más allá del posible disparador… generalmente las causas son amplias y cualquier evento dentro del espectro de puntos de fricción y contacto, puede, si se dan las condiciones, convertirse en un casus belli.
Otro elemento relevante, es que, como para el tango, hacen falta dos… uno que inicie, y el otro que le responda. Y que casi nunca es una sorpresa, sino que ambas partes sospechaban o esperaban que el desenlace fuera militar… porque la diplomacia se agotó.
Desde hace meses que el estado chavista viene preparándose para la guerra, pero presentándose como la parte agredida que sería forzada a responder. Prepara las tropas, arma a las milicias y las prepara psicológicamente para ese evento. Pero, como en el cuento del lobo, nadie los ataca, y todo el armado no pasa de lo comunicacional, preparando a la gente para la venida del lobo… pero el lobo no viene.
Entonces, ante la ansiedad y la impaciencia, se comienzan a hacer cosas para provocar que vengan y los ataquen, secuestrando gente de otros países y haciendo gala de malos tratos y torturas que son difundidas por ellos mismos como para que no queden dudas de los malos que son.
Claro, se malacostumbraron a que podían tener 2 o 3 años presos a unos boinas verdes, y después los usaban como piezas de canje para liberar a los Alex Saab de esta vida. Y pareciera que pretenden lograr lo mismo con Argentina, intercambiando a su rehén por Milagro Sala, una dirigente sindical indígena cercana al kirchnerismo, condenada por la justicia argentina por corrupción y por hechos violentos contra la población.
Pero los argentinos, en realidad, no tienen la experiencia de los gringos en esto de negociar rehenes. De eso no saben, y se comportarán en forma principista, considerando que el hecho de solo considerar que están enviando espías, ya es una agresión imperdonable y que esa afrenta debe ser lavada. Diplomáticamente mientras se pueda, y de manera más directa, si lo otro no funcionó.
Claro que, de esa manera, Argentina estaría entrando en el juego que quiere el chavismo, que es patear el tablero institucional y declarar una guerra con quien sea, pero lo antes posible… y si es antes del 10 de enero, pues mejor para su propósito de retener el poder a cualquier costo.
Porque lo anterior, el casus belli, en general es entre ejércitos con bandera, pero las amenazas sobre algunos personeros del chavismo, son menos épicas y más crematísticas… pues se trata de fuerzas irregulares, tipo Black Water y Erik Prince, actuando por su cuenta para cobrar una recompensa.
En fin… lo cierto es que están sonando tambores de guerra, de una guerra que todo indica que el chavismo está buscando, y las contrapartes, que pueden perder la paciencia (que los americanos dicen que no es infinita) y cumplirles el deseo… de que finalmente venga el lobo y se los coma.
Político
El tema de discusión de la semana fue el/ los escenarios para el próximo 10 de enero, con la premisa de que se haga en territorio venezolano y, básicamente, pueden identificarse cuatro:
- Maduro y Edmundo González se juramentan el mismo día, el primero ante la AN del 2020 que no es reconocida fuera de Venezuela, y el segundo frente a la del 2015, cuyo mandato fue extendido por un año más, y es la que reconocen internacionalmente. Y habrá que ver en qué lugar de Venezuela se juramentará Edmundo González.
- Maduro se juramenta y Edmundo González no lo hace, generando la ilusión de continuidad, porque la legitimidad de Edmundo González no tiene límites. Porque seguramente algún tema relacionado con la persecución de la que es víctima puede haber tenido algún impacto.
- Edmundo González se juramenta y Maduro no lo hace, o bien porque decidió dar un paso al costado, o bien porque se vea obligado a dar ese paso.
- Ni Edmundo González ni Maduro se juramentan, posiblemente porque Diosdado Cabello decidió blanquear el golpe interno que dio el 28 de julio, y se declaró dictador, encarcelando a los dos personajes.
La probabilidad de ocurrencia más alta la tiene el primer escenario, y la más baja la tiene el cuarto escenario, dividiéndose entre los escenarios 2 y 3 probabilidades medias o bajas, con ventaja para el segundo escenario, por razones obvias.
Todo lo anterior en el supuesto de que el chavismo está acabado, y que, en los escenarios favorables a ellos, solo estarían comprando tiempo, porque la manera en la que encararon el post 28 de julio los ha vuelto inviables e insostenibles en el tiempo… se equivocaron en el enfoque y se cavaron su propia fosa.
Sostenerse solo por la fuerza, sin el apoyo popular, sin contar con ingresos petroleros, y con la base la FANB indecisa, y despertando miedo y desconfianza en propios y extraños, es difícil que pueda durar mucho tiempo. Menos aún cuando el país cuenta con un presidente realmente elegido por mayoría aplastante y con los países relevantes, todos en su contra y buscando su salida.
Social
La sociedad venezolana, en su más amplio perfil, terminará siendo el actor y el factor que le dará el toque final a la etapa de oscuridad que resultó ser el chavismo… que comenzó como una luz esperanzadora que arropó a la sociedad venezolana que creyó en el proyecto, pero pronto la corrupción, la incompetencia y el autoritarismo lo desvaneció, y derivó en la tragedia que vivimos en la actualidad.
La sociedad los puso, los probó, no dieron resultado (sino todo lo contrario) y ahora los está sacando; con el voto el 28 de julio pasado, y en la calle el próximo 10 de enero para la asunción de González Urrutia.
La palabra «primavera» es utilizada para describir las olas de protestas y levantamientos populares en la búsqueda de libertad, de una mejor calidad de vida, menos control del estado y del partido, así como verdadera participación ciudadana.
Desde la de Praga en 1968, hasta las árabes a partir de 2010 se produjeron “primaveras” buscando cambios políticos y sociales. Cabe mencionar que el término «Primavera Árabe» fue acuñado por los medios de comunicación y los analistas políticos para describir la serie de eventos que se produjeron en la región árabe a partir de 2010. El término se inspiró en la «Primavera de Praga» de 1968, que se refirió a una serie de reformas políticas y sociales en Checoslovaquia.
Debemos pensar ahora en nuestra “Primavera Venezolana”, considerando que esa estación del año es la que mejor se identifica con la cultura de un pueblo que, pese al sufrimiento infligido por el chavismo, aún se caracteriza por la alegría, el humor, la honestidad y la capacidad solidaria de ayudarnos los unos a los otros, en un marco de esperanza.
Porque lo que tenemos en común con las otras “primaveras” es:
- Descontento popular: al igual que en las Primaveras Árabes, en Venezuela hay un profundo descontento popular con el gobierno y la situación económica y política del país;
- Autoritarismo: el gobierno de Nicolás Maduro ha sido acusado de autoritarismo y represión, similares a las acusaciones que se hicieron contra los gobiernos de Túnez, Egipto y Libia durante las Primaveras Árabes; y
- Crisis económica: la crisis económica en Venezuela es profunda y ha generado una gran cantidad de sufrimiento y descontento entre la población, similar a la crisis económica que se vivió en varios países árabes antes de las Primaveras Árabes.
Lo cual se manifiesta en:
- Protestas y manifestaciones masivas en contra de los gobiernos autoritarios.
- Demandas de reformas políticas y sociales, incluyendo la democratización, la justicia y la igualdad.
- Uso de las redes sociales y los medios de comunicación para organizar y difundir las protestas.
- Participación de jóvenes y de la sociedad civil en las protestas y los movimientos de oposición.
Algunos de los países árabes que experimentaron levantamientos y protestas durante la «Primavera Árabe» incluyen Túnez, Egipto, Libia, Siria, Yemen, Bahréin, Marruecos y Argelia. Las primaveras árabes fueron procesos complejos y multifacéticos que involucraron a una variedad de actores y factores, con las características de sus estilos de vida; la nuestra está resultando diferente, pero también podemos llamarla primavera.
Porque la estructura social de Venezuela es más compleja y diversa que la de algunos de los países árabes que las experimentaron. En Venezuela, hay una clase media más grande y una sociedad civil más organizada. Además, el rol de los militares es muy diferente al de los militares en algunos de los países árabes que les mencioné. En Venezuela, los militares han sido una fuerza clave en el mantenimiento del poder del gobierno de Maduro.
Y no hay que perder de vista a la intervención internacional, la cual ha tenido perfiles diferentes, porque si bien hay sanciones económicas y presión diplomática, no ha habido una intervención militar directa en Venezuela… por lo menos hasta ahora.
Económico
He venido sosteniendo que el piso duro de la inflación, lo que se llama inflación estructural, se debe a que siempre había más demanda, que oferta de bienes y servicios, debido principalmente a la recesión que viene sosteniéndose inducida desde el comienzo del gobierno de Maduro. O sea que el principal antídoto de la inflación, es la recesión… hasta un cierto piso.
Luego, con la congelación de salarios, más la política monetaria restrictiva en términos de bolívares, aunque libre en términos de dólares (hay 7 mil millones circulando en dólares, y más o menos 3 mil millones de dólares circulando en bolívares), lo cual, al estar cuasi dolarizada, sirvió para mantener la inflación anclada en cifras bajas, en comparación con el pasado, con lo que he llamado el efecto del resorte apretado.
Pero, últimamente el panorama cambió, y la inflación volvió por sus fueros, con el resorte liberado, y dando saltos que en poco tiempo –al menos todo el primer trimestre de 2025- llevarán la inflación a valores más cónsonos con la realidad del comportamiento de las variables económicas… las macro y las micro.
Y el dólar, considerado un bien escaso, volverá a sentir la presión de la demanda, porque ante la turbulencia política que afecta (y afectará más) al país, la gente comenzará -de hecho ya lo está haciendo- a reemplazar bolívares por dólares, porque la misma inflación inducirá a que así ocurra. Sentido común…
Si bien es cierto que el marcador diferencial entre escenarios económicos, será el tema de las sanciones petroleras, uno, también por sentido común informado, debe aceptar que la mayor probabilidad de ocurrencia está en el escenario de máxima presión sancionatoria, llevando al mínimo los ingresos petroleros, porque la producción también caerá al mínimo.
Simplemente tomando las declaraciones de Trump de no comprarle más a Venezuela, porque en realidad su contribución a la economía norteamericana, es mínima, considerando que Estados Unidos produce 12.200.000 bpd, y consume 19.600.000 bpd, debiendo importar 7.400.000 bpd… y lo que está recibiendo de Venezuela vía Chevrón son 197.000 bpd. Es una contribución extremadamente pequeña en comparación con el daño reputacional que surge de lo que, en el Congreso de EE UU, llaman “petróleo de sangre”.
Porque con el dinero que le ingresa al chavismo por esa vía, adquieren instrumentos de muerte y tortura y les pagan a los perpetradores físicos, porque los perpetradores morales, son los que mandan en el país.
Por eso es que la producción no solo caerá porque ya no estarán las contribuciones de Chevrón, Maurel, Repsol y ENI, sino que Pdvsa perderá el necesario apoyo técnico y profesional que en este momento le provee Chevrón, fuera de programa, para que puedan agregar 792.000 bpd, producción que incluye los crudos que se importan para mejorar nuestro producto. El promedio de producción en 2024, fue de 850.000 bpd.
Solo a título informativo, Arabia Saudita produce 12.000.000 bpd, y consume 3.900.000 bpd, quedándole para exportar 8.100.000 bpd; China produce 4.800.000 bpd y consume 13.400.000 bpd, debiendo importar 8.600.000 bpd (AIE).
Internacional
Para el nuevo gobierno de EE UU, frente a la complejidad y peligrosidad de los teatros de guerra actuales, Rusia-Ucrania, Irán-Israel, y Taiwán-China, más Corea del Norte, el caso venezolano pareciera tener una importancia menor, aunque la urgencia sea mayor.
Porque en realidad, aunque la producción actual de petróleo es despreciable para ellos, la producción potencial de 3 a 5 millones de bpd en 5 a 10 años, con un consumo interno que en el mejor de los casos llegaría al millón de bpd, sí es importante; y para eso necesitan que, cuanto antes, Venezuela esté gobernada por gente seria y creíble, con la cual se pueda llegar a acuerdos que se cumplan y con alto nivel de patriotismo.
O sea que el dream team para Venezuela del gobierno de Trump, integrado por Rubio, Waltz, Landau y De Santis, debe moverse rápido para acelerar la transición, considerando que tienen a su disposición herramientas legales como las órdenes de captura y las recompensas, que permitirían que caza recompensas como Erik Prince trabaje en forma independiente, acelerando los tiempos en paralelo.
Porque si bien estamos a un mes de la toma de posesión de Trump. Ese mes está bajo la administración Biden quien querrá tener una cuota de participación en el rescate de Venezuela, por lo que probablemente en los próximos días, como regalos navideños, haya anuncios de nuevos nombres de corruptos, entre funcionarios, empresarios, políticos, militares y analistas que contribuyeron, no solo al desastre al que han llevado al país, sino a lo encarnizado de las maniobras de muerte y tortura posteriores al 28 de julio.
Conociendo al pueblo de Venezuela, es difícil aceptar que estas personas se comporten como bestias desalmadas en el trato de sus conciudadanos, de toda condición, género y edad.
Por eso es tan importante el cambio… para que el resto del mundo, poco a poco, pueda volver a confiar en nosotros, y que podamos incorporarnos al flujo normal de la vida en esta sociedad global a la que hemos influido involuntariamente, a través de una diáspora que