La Asamblea Nacional de 2015 ha decidido continuar con sus funciones, a pesar de que su periodo ha caducado. En una carta dirigida al jefe de la misión de Estados Unidos para Venezuela, Francisco Palmieri, la directiva actual del Parlamento en el exilio anunció la extensión de su mandato. Esta extensión fue aprobada en una sesión secreta el 14 de diciembre, junto con la reforma del Estatuto que Rige la Transición a la Democracia para Restablecer la Vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y La Ley Especial del Fondo para la Liberación de Venezuela y Atención de Casos de Riesgos Vital.
La prórroga será válida por un año a partir del 5 de enero de 2025, según lo publicado en la Gaceta Legislativa No. 82 del 16 de diciembre de 2024. El objetivo de esta extensión es seguir luchando por el restablecimiento de la democracia, apoyar la asunción del presidente electo en las elecciones del 28 de julio de 2024, Edmundo González Urrutia, y mantener las funciones constitucionales de la Asamblea hasta la designación legal de sus nuevos miembros.
Sin embargo, Auristela Vásquez, segunda vicepresidenta de la AN 2015, presentó su renuncia por motivos personales en una carta dirigida a la presidenta actual, Dinorah Figuera. Vásquez agradeció a Figuera por su consideración y respeto durante su tiempo en el cargo.
En contraste, el partido político opositor Un Nuevo Tiempo (UNT), al que pertenece Vásquez, se ha manifestado en contra de la extensión del mandato de la AN 2015. El secretario nacional de organización de UNT, Ángel Palmieiri, y el expresidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, han expresado su desacuerdo con la continuidad de este cuerpo colegiado.
La decisión de la Asamblea Nacional de 2015 de prorrogar su mandato ha generado controversia y opiniones encontradas dentro del espectro político venezolano. La renuncia de Auristela Vásquez y las declaraciones de líderes opositores como Ramos Allup reflejan la división y las distintas posturas en torno a este tema.