El Papa Francisco presidió el rezo del Ángelus dominical desde la capilla de su residencia vaticana en lugar de hacerlo desde la ventana del Palacio Apostólico, como es tradicional. Esta decisión se debió a un resfriado que el pontífice está tratando de curar como precaución antes de las festividades navideñas.
Durante su mensaje transmitido por la Santa Sede, el Papa expresó su pesar por no poder estar presente en la plaza y explicó que, aunque está mejorando, es necesario tomar precauciones. A sus 88 años, el líder argentino se mostró sentado frente al altar de la capilla de la Casa Santa Marta, acompañado de una figura del Niño Jesús regalada por el arzobispo de Santa Fe y elaborada por aborígenes ecuatorianos.
En su mensaje, el Papa reflexionó sobre la maternidad y la infancia, destacando la importancia de ser amables con las mujeres embarazadas y defender la vida desde su concepción en el vientre materno. Asimismo, instó a los presentes a no ser indiferentes ante la belleza de la vida y a bendecir a las madres, siguiendo el ejemplo de Isabel y María.
Francisco optó por no asomarse a la ventana sobre la Plaza de San Pedro debido al frío del invierno y con el objetivo de recuperarse completamente antes de la celebración de la Navidad. Durante estos días festivos, el Papa inaugurará oficialmente el Jubileo con la apertura de la Puerta Santa de la basílica vaticana, ofreciendo la indulgencia de los pecados a quienes la crucen durante el año.
Esta no es la primera vez que el Papa elige presidir eventos desde la Casa Santa Marta para recuperarse de un resfriado. En el pasado, también ha cancelado compromisos debido a problemas de salud, demostrando así su prudencia y cuidado por su bienestar. En esta ocasión, la capilla de su residencia vuelve a ser el escenario de sus actividades, recordando la importancia de la salud y la precaución en tiempos de celebración y reflexión.