El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha sugerido la posibilidad de que su administración retome el control del canal de Panamá una vez que sea juramentado el próximo 20 de enero. Esta acción revocaría la cesión del canal al país centroamericano en 1977 por el gobierno del entonces mandatario estadounidense Jimmy Carter.
Durante su campaña y tras su victoria, Trump enfatizó la intención de aislar a Estados Unidos de conflictos extranjeros, como la guerra de Ucrania. Sin embargo, recientemente ha adoptado un tono agresivo en relación con el control del canal, generando rechazo en muchos países, especialmente en Latinoamérica.
Expertos señalan que la declaración de Trump tiene como principal interés la seguridad nacional de EE. UU. y el control de la neutralidad del canal. Aunque las declaraciones pueden ser percibidas como coercitivas, queda por verse si las autoridades del canal reducirán las tarifas sobre la carga estadounidense en respuesta a la amenaza.
El exembajador de Estados Unidos en Panamá, John Feeley, considera imposible que el país centroamericano devuelva el control del canal a los estadounidenses. Feeley sugiere que la única forma de que esto ocurra sería a través de una invasión, algo altamente improbable y rechazado por el electorado estadounidense.
China, el segundo mayor usuario del canal de Panamá después de Estados Unidos, tiene importantes inversiones económicas en el país centroamericano. La influencia china en la región ha crecido, como se evidencia en la decisión de Panamá en 2017 de cortar relaciones diplomáticas con Taiwán y reconocer a China como parte de su territorio.
Trump ha reiterado sus amenazas a Panamá por el control del canal y anunció a Kevin Mariano Cabrera como su próximo embajador en el país. Cabrera es descrito como un defensor de los principios de “America First” y será el encargado de las gestiones con la contraparte panameña en relación con el canal, que el presidente electo considera que está estafando a Estados Unidos.