Una nueva caravana de cientos de migrantes partió el domingo con la Ciudad de México como primer punto, con la intención de llegar a Estados Unidos. Este movimiento se produce a solo una semana de la asunción de Donald Trump como presidente, quien ha amenazado con llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes.
La caravana está compuesta por ciudadanos de varios países, como Panamá, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Honduras, Salvador, Guatemala y Haití, entre otros. El activista Luis Rey García Villagrán, representante del Centro de Dignificación Humana, envió un mensaje a Trump, advirtiéndole que por cada acción en contra de los migrantes, habrá una respuesta en forma de nuevas caravanas.
Migrantes como Dalisha, de Panamá, viajan con la esperanza de encontrar trabajo y mejorar su calidad de vida en Estados Unidos. Otro ejemplo es Gorman Almeida, originario de Venezuela, quien espera que la presión de Trump pueda impactar positivamente en su país, especialmente en medio de la situación política actual.
Adrián Duarte, parte de la primera caravana que salió de San Pedro Sula en enero, destacó que todos buscan escapar de la inseguridad, la violencia y la falta de empleo en sus países de origen. A pesar de las amenazas de deportación, muchos como Duarte mantienen la determinación de seguir adelante en busca de una vida mejor.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, propuso una reunión entre ministros de Exteriores de América Latina para abordar los desafíos de la migración ante la llegada de Trump a la Casa Blanca. Sheinbaum ha expresado su disposición a recibir a los mexicanos deportados, pero ha instado a Estados Unidos a repatriar a los migrantes a sus países de origen en lugar de expulsarlos a México.