La inflación en Venezuela cerró el año 2024 con una tasa acumulada del 85%, marcando una reducción significativa de 108 puntos en comparación con el año anterior, cuando alcanzó el 193%. Este cierre representa el nivel más bajo en una década y el primer registro de inflación de dos dígitos desde 2013, tras la hiperinflación experimentada entre 2017 y 2021.
El Observatorio Venezolano de Finanzas, integrado por especialistas independientes, destacó en un comunicado que diciembre mostró una aceleración en la inflación, con una tasa mensual del 14.8%, superando el 12.5% registrado en noviembre. Este aumento se atribuyó principalmente a la subida del dólar frente al bolívar, que sigue siendo la referencia principal para la fijación de precios en el país.
Durante el mes de diciembre, los sectores más afectados por los incrementos de precios fueron alimentos (16.4%), vestimenta y calzado (15.5%), equipamiento del hogar (17.2%), comunicaciones (20%), y el sector de restaurantes y hoteles (26.5%). Estos aumentos reflejan un impacto significativo en rubros esenciales y servicios.
Asimismo, se informó que el Banco Central de Venezuela enfrentó una pérdida de 632 millones de dólares durante el último trimestre de 2024 al intentar frenar la depreciación del bolívar frente al dólar. A pesar de estrategias basadas en mini devaluaciones, estas resultaron insuficientes para contener la volatilidad cambiaria.
El dólar oficial cerró el año en 52.02 bolívares, mostrando un incremento del 30.9% respecto al inicio de 2024, cuando su valor era de 35.9 bolívares. La brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo alcanzó el 27%, el nivel más alto desde 2022.
El Observatorio Venezolano de Finanzas alertó sobre la posibilidad de que la inflación vuelva a superar los tres dígitos en 2025 debido a la pérdida de competitividad internacional y al retraso del tipo de cambio real frente al comportamiento de los precios en dólares. La falta de información oficial por parte del Banco Central de Venezuela, sumada a la depreciación de la moneda y la desaceleración de las intervenciones cambiarias, genera incertidumbre sobre el panorama económico del país en este año.