Organizaciones sociales de Colombia han instado a un cese al fuego entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, que se encuentran en conflicto en la región de Catatumbo, en la frontera con Venezuela. En esta zona, se han reportado más de 35 muertos y 22 secuestrados como resultado de los enfrentamientos.
La ofensiva lanzada por el ELN contra las disidencias de las FARC en Catatumbo tomó por sorpresa a los habitantes de la región, quienes se vieron obligados a buscar refugio para protegerse de los tiroteos. Videos subidos a las redes sociales muestran a guerrilleros del ELN recorriendo las calles en busca de sus víctimas, mientras se escuchan ráfagas de fusil y ametralladoras.
La Mesa Humanitaria del Catatumbo ha denunciado que los enfrentamientos han dejado más de 35 muertos, incluidos siete firmantes de paz, así como 22 personas retenidas ilegalmente, cerca de 70 familias desplazadas y alrededor de 20 heridos. En lo que va del año, se han registrado 162 eventos violentos en la región, lo que ha empeorado la situación con esta escalada de tensión.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha suspendido los diálogos con el ELN debido a los «crímenes de guerra» cometidos en Catatumbo. La negociación permanecerá en pausa hasta que el ELN demuestre una voluntad real de paz. Mientras tanto, el gobierno colombiano sigue en proceso de paz con una facción del Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC, que está siendo atacada por el ELN.
La región de Catatumbo, situada en una zona pobre y montañosa que limita con Venezuela, es escenario de disputas entre el ELN, disidencias de las FARC, el Ejército Popular de Liberación (EPL) y otras bandas por el control de los cultivos de coca y los corredores para el narcotráfico. La situación actual ha generado una crisis humanitaria que requiere la intervención urgente de todos los actores armados presentes en la región.