La Asamblea Nacional de Venezuela, dominada por el oficialismo, emitió un comunicado el martes en el que calificó a los expresidentes de Colombia, Álvaro Uribe e Iván Duque, como «enemigos públicos y despreciables». Esto, en respuesta a los llamados recientes de ambos exmandatarios a favor de una «intervención internacional» en Venezuela.
Según el acuerdo aprobado, Uribe y Duque están siendo señalados por su presunta participación en un plan sistemático destinado a socavar la soberanía y la paz del pueblo venezolano, con la intención de intervenir militarmente en el país. Durante la sesión legislativa, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, declaró que Venezuela está preparada para resistir cualquier intento de intervención, tanto interna como externa.
Rodríguez lanzó duras críticas hacia Álvaro Uribe, a quien describió como «paramilitar, terrorista, narcotraficante, fascista, asesino, criminal», enfatizando que le falta la valentía que él atribuye a los venezolanos. El exmandatario colombiano había solicitado una intervención internacional, respaldada por Naciones Unidas, para destituir a Nicolás Maduro, lo que fue considerado por la oposición venezolana como un intento de golpe de Estado.
Por su parte, el diputado opositor Alfonso Campos respaldó la decisión de declarar a Uribe y Duque como «enemigos públicos», señalando que la propuesta de intervención militar es «despreciable». Hizo hincapié en la importancia de preservar la soberanía y la integridad territorial de Venezuela frente a cualquier amenaza externa.
Ante las declaraciones de los expresidentes colombianos, Nicolás Maduro ordenó a las fuerzas armadas y cuerpos policiales venezolanos prepararse y mantenerse vigilantes ante lo que considera «amenazas criminales». Instó a continuar con las Unidades de Reacción Rápida (URRAS) de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y llevar a cabo operaciones especiales para proteger las fronteras del país.
En medio de la creciente tensión, Venezuela se mantiene en alerta ante posibles acciones que puedan comprometer su soberanía y estabilidad. La disputa entre el gobierno de Maduro y los líderes de la oposición, tanto interna como externa, continúa generando incertidumbre en la región.