La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un informe desde Washington en la OEA sobre las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, centrándose en la llamada Operación Tun Tun.
El informe de la CIDH se dividió en tres etapas. En la primera etapa, se señaló que la administración chavista obstaculizó la participación política para elecciones libres, utilizando instituciones como el Ministerio Público, la Contraloría General de la República y el Tribunal Supremo de Justicia como aliados para detener a opositores y defensores de derechos.
La segunda fase, según la CIDH, ocurrió durante las elecciones, cuando el CNE suspendió la transmisión de datos y se negó a seguir procedimientos de auditoría, declarando a Nicolás Maduro como ganador sin transparencia.
En la tercera y última fase, la CIDH denunció la represión desatada tras las elecciones, con protestas contenidas por cuerpos de seguridad del Estado y grupos civiles armados. La Operación Tun Tun resultó en al menos 25 muertes, más de 2.000 detenidos, desapariciones forzadas y violaciones a los derechos humanos, incluyendo allanamientos sin órdenes judiciales, detenciones masivas y actos violentos.
El informe de la CIDH resaltó la detención arbitraria de personas opositoras durante el período preelectoral, así como las consecuencias mortales de la Operación Tun Tun, con un saldo de al menos 25 muertes, miles de detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y torturas.