Stephen Miller es una de las figuras más radicales, temidas e influyentes en la Casa Blanca. Nacido en 1985 en Santa Mónica, California, en el seno de una familia judía, Miller demostró desde temprana edad un marcado interés por la política, influenciado por figuras conservadoras y medios de comunicación afines.
Su formación política se consolidó en la Universidad de Duke, donde se graduó en Ciencias Políticas en 2007. Durante su tiempo en la universidad, Miller se destacó como defensor de un grupo de jugadores de lacrosse acusados de violación, lo que le otorgó cierta relevancia mediática.
Tras graduarse, trabajó como asesor de comunicaciones para congresistas republicanos y posteriormente se unió a la campaña presidencial de Donald Trump en 2016 como asesor de políticas y redactor de discursos. Se le atribuye el tono nacionalista y antiinmigración de los discursos de Trump, así como el diseño de medidas polémicas como el veto migratorio a países musulmanes y la separación de familias migrantes.
Durante el primer mandato de Trump, Miller consolidó su reputación como estratega político al interpretar y amplificar la visión del presidente. Su enfoque radical sobre inmigración y su capacidad para transformar ideas extremas en políticas concretas lo convirtieron en una figura indispensable en el gobierno.
En su segundo mandato, Trump confió a Miller un poder más amplio sobre la agenda migratoria, convirtiéndolo en una figura decisoria clave. Bajo su liderazgo, se implementaron órdenes ejecutivas para reforzar la política migratoria, incluyendo la eliminación de la ciudadanía por nacimiento y la militarización de la frontera sur.
Miller ha sido descrito como el arquitecto de las políticas más radicales del trumpismo y un estratega que ha perfeccionado tácticas para aplicarlas de manera efectiva. Su lealtad absoluta a Trump y su disposición a seguir sus órdenes sin cuestionarlas lo han mantenido como una figura influyente en la Casa Blanca.
Las políticas promovidas por Miller han generado divisiones en la política y la sociedad estadounidenses. Para sus detractores, representan un ataque a los principios fundamentales de Estados Unidos y a las comunidades vulnerables. Sin embargo, para los simpatizantes del trumpismo, Miller es un estratega visionario que protege la seguridad y el bienestar de los estadounidenses.
El legado de Stephen Miller sigue siendo objeto de controversia y disputas, ya que millones de migrantes sienten el impacto de sus políticas. Con un enfoque nacionalista y de línea dura, Miller ha redefinido las políticas migratorias en Estados Unidos, generando debate sobre su impacto a largo plazo.