En enero de 2008, el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, confirmó la captura de Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias Pablito, comandante del Frente Domingo Laín del ELN, una de las estructuras más violentas del grupo terrorista que ha operado en Arauca durante décadas. Esta detención fue considerada un duro golpe a la guerrilla, equiparable a la captura del temido Mono Jojoy de las FARC unos años después.
Sin embargo, en octubre de 2009, Pablito logró escapar de la cárcel de Cómbita, Boyacá, cuando un comando de guerrilleros lo liberó y huyó hacia Venezuela. A pesar de haber sido solicitado en extradición por Estados Unidos, la Corte Suprema de Justicia negó la solicitud. Desde entonces, Pablito ha mantenido su dominio en Arauca y se ha posicionado como el tercero al mando de la guerrilla, siendo señalado por las autoridades como el responsable de la crisis humanitaria en el Catatumbo.
Originario de la región Sarare, Pablito se unió a la guerrilla en la década de 1980 y ha escalado posiciones hasta convertirse en uno de los líderes más influyentes. Bajo su comando, el ELN ha consolidado su presencia en Arauca y ha protagonizado ataques violentos, como el atentado a la Escuela de Cadetes General Santander en Bogotá.
A pesar de los esfuerzos por lograr un proceso de paz con el ELN, la presencia de Pablito ha sido un obstáculo significativo. Sus acciones beligerantes han llevado a la suspensión de diálogos de paz y han fortalecido la guerrilla en lugar de buscar una solución pacífica.
En resumen, Pablito se ha convertido en un enemigo de la paz en Colombia, manteniendo su liderazgo en el ELN y promoviendo la violencia en la región del Catatumbo. A pesar de los intentos por incluirlo en procesos de paz, su influencia ha llevado al fracaso de dichas iniciativas y al fortalecimiento de la guerrilla en el país.