En el norte de Monagas, específicamente en las comunidades de Jusepín, Colombia, Punta de Mata y El Tejero, el estruendo de los mechurrios es ensordecedor. Sin embargo, lo que más llama la atención es el brillo de las llamas de los campos petroleros Santa Bárbara, Jusepín, Carito y Quiriquire. La quema y el venteo de gas natural generan una nube radiactiva y de vapores tóxicos que no deja de crecer.
Los residentes de estas zonas viven en un constante ruido que afecta su salud en muchos aspectos. La exposición prolongada al ruido puede causar pérdida auditiva, dolores de cabeza, trastornos del sueño, efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular, hormonal y metabólico, así como deficiencias cognitivas en los niños. Además, se relaciona con casos de cardiopatía isquémica y muertes prematuras.
La Organización Mundial de la Salud ha clasificado el ruido como la segunda causa ambiental de problemas de salud, solo detrás de la contaminación atmosférica. A pesar de esta situación, ni Pdvsa ni el Ministerio de Salud han mostrado preocupación al respecto. La exposición constante a este ruido puede tener graves consecuencias a largo plazo en la salud de la población.
En el Complejo Operativo Muscar, se produjeron explosiones que dejaron cinco heridos, pero la información sobre las víctimas ha sido escueta. Además, se anunció la detención de 11 presuntos terroristas responsables de las explosiones, aunque no se han revelado sus identidades ni se han presentado ante los tribunales.
La explosión en el complejo Muscar ocasionó pérdidas millonarias en la industria petrolera y petroquímica, así como en el suministro de gas natural. A pesar de esto, las autoridades no han abordado la situación de las comunidades afectadas, que han sufrido cortes de servicios básicos como electricidad y agua.
La quema y venteo de gas por parte de Pdvsa ha tenido un impacto devastador en el medio ambiente y en la salud de la población. Venezuela ha emitido grandes cantidades de gases contaminantes a la atmósfera, lo que ha contribuido al deterioro de la calidad del aire y al aumento de enfermedades respiratorias.
La falta de inversión en infraestructura y mantenimiento por parte de Pdvsa ha llevado a una serie de accidentes industriales que han causado daños ambientales y pérdidas humanas. A pesar de tener grandes reservas de gas, Venezuela ha priorizado la explotación de crudo en lugar de desarrollar el sector de gas natural, lo que ha tenido graves consecuencias para la población.
En 2020, se registró un aumento en la quema y venteo de gas, lo que ha contribuido a la contaminación del aire y al deterioro de la salud de la población. Se estima que miles de personas han muerto debido a la polución del aire causada por las operaciones de Pdvsa.
La falta de gas doméstico ha obligado a muchos venezolanos a cocinar con leña, lo que ha tenido efectos negativos en su salud. La exposición al humo de la leña puede causar enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer de pulmón, además de contribuir a la mortalidad infantil.
En resumen, la gestión de Pdvsa ha tenido un impacto devastador en el medio ambiente y la salud de la población venezolana. La falta de inversión en infraestructura y mantenimiento, así como la priorización de la explotación de crudo sobre el gas natural, han causado una serie de accidentes que han tenido graves consecuencias para el país. Es necesario tomar medidas urgentes para mitigar los efectos de la contaminación y proteger la salud de la población.