El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para establecer un centro de detención en la Base Naval de Guantánamo destinado a inmigrantes considerados «delincuentes de alta prioridad». Esta medida, anunciada por Trump, tiene como objetivo albergar hasta 30,000 inmigrantes en situación irregular en Estados Unidos que representen una amenaza para la sociedad.
La base de Guantánamo, ubicada en territorio cubano arrendado a EE.UU. desde 1903, ha sido utilizada en el pasado para albergar migrantes durante la «crisis de los balseros» en la década de 1990 y detenidos en la cruzada antiterrorista a principios del siglo XXI.
El presidente ha ordenado a los secretarios de Defensa y Seguridad Nacional tomar las medidas necesarias para ampliar el Centro de Operaciones Migratorias en Guantánamo y así proporcionar espacio adicional para los «extranjeros delincuentes de alta prioridad» que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos.
La reacción a esta medida por parte de Cuba ha sido contundente. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha calificado la decisión como un «acto de brutalidad», mientras que el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, ha criticado la acción de Trump por mostrar desprecio hacia la condición humana y el Derecho Internacional.
La Base Naval de la Bahía de Guantánamo, ubicada en Cuba desde 1903, ha sido motivo de disputas entre EE.UU. y Cuba desde la Revolución Cubana de 1959, cuando Fidel Castro exigió su devolución al considerar que el arrendamiento fue impuesto bajo coerción.
A lo largo de su historia, Guantánamo ha sido escenario de operaciones polémicas, como la detención de migrantes haitianos y cubanos en la década de 1990 y la creación de un centro de detención de prisioneros sospechosos de terrorismo en 2002.
La orden de Trump de ampliar las instalaciones en Guantánamo para albergar a inmigrantes considerados delincuentes peligrosos podría convertir la base en un símbolo de las políticas migratorias de línea dura de su gobierno.
En resumen, la decisión de Trump de enviar inmigrantes a una base militar en Cuba ha generado tensiones con el gobierno cubano y ha sido criticada por mostrar desprecio hacia los derechos humanos y el Derecho Internacional. Esta medida podría elevar las tensiones entre EE.UU. y Cuba y es vista como una estrategia para fortalecer la postura del gobierno de Trump en materia de inmigración.