El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, se reunió con Marco Rubio, Secretario de Estado de Estados Unidos el pasado domingo 2 de febrero. Tras finalizar la reunión, Mulino anunció medidas conjuntas con Estados Unidos, destacando que la crisis en Venezuela se ha estabilizado.
Aunque Mulino se refería específicamente al flujo de venezolanos a través de la selva del Darién, su declaración coincidió con la noticia de que Estados Unidos estaba revocando el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los migrantes venezolanos en 2023. Esta decisión se basó en mejoras percibidas en la economía, salud pública y seguridad en Venezuela.
Las opiniones sobre la estabilización de la crisis venezolana y las medidas adoptadas por Estados Unidos variaron en las redes sociales. Estas afirmaciones impactan directamente en la política estadounidense hacia Venezuela y en el apoyo a la oposición liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
Según el consultor político Luis Peche, las declaraciones de Mulino y las acciones de Estados Unidos podrían interpretarse como resignación ante la permanencia de Nicolás Maduro en el poder, lo cual podría afectar la comunicación política.
Mulino destacó la disminución del cruce de migrantes venezolanos por la selva del Darién como señal de estabilización en la crisis venezolana. Expertos como Carmen Beatriz Fernández ven estas declaraciones como un intento de congraciarse con Donald Trump, influyendo en la política regional.
A pesar de las medidas adoptadas por Estados Unidos, Marco Rubio afirmó que no reconocerán a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. Sin embargo, el enviado especial de Trump, Richard Grenell, regresará a Venezuela para gestionar la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en el país.
La oposición venezolana, liderada por María Corina Machado, se enfrenta a desafíos en medio de estas declaraciones y acciones. Luis Peche considera que la falta de certezas y avances del chavismo ponen en aprietos a la oposición para proponer estrategias de cambio.
En medio de estas circunstancias, la comunidad internacional refleja una sensación de no poder alcanzar los objetivos deseados en Venezuela. La incertidumbre y los desafíos políticos complican el panorama para la oposición y el país en general.