La directora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, ha compartido en sus redes sociales las primeras imágenes de los migrantes que han sido enviados a la prisión de Guantánamo. Esta acción se enmarca dentro de la nueva política migratoria impulsada por el presidente Donald Trump, quien ha afirmado que la bahía de Guantánamo será el destino para los «peores criminales extranjeros» que representen una amenaza para la población estadounidense.
«El presidente Donald Trump ha sido muy claro: Guantánamo albergará a lo peor de lo peor. Eso comienza hoy», declaró Noem en sus redes sociales.
Se estima que alrededor de 30.000 inmigrantes procedentes de países como Cuba, Colombia, Venezuela y El Salvador serán trasladados a la base naval de Guantánamo, ubicada en el extremo sureste de Cuba, a unos 640 kilómetros de Miami, Florida. Esta medida forma parte de los esfuerzos del gobierno estadounidense para combatir la inmigración ilegal y la delincuencia asociada. Trump ha subrayado que «Estados Unidos ya no será un vertedero de criminales de naciones de todo el mundo».
Además, esta política busca llevar a los inmigrantes a un lugar donde puedan ser detenidos y procesados con mayor rigurosidad.
La prisión en la bahía de Guantánamo fue inaugurada en 2002 como parte de la «guerra contra el terrorismo» declarada por el presidente George W. Bush después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. A pesar de las promesas de los presidentes demócratas Joe Biden y Barack Obama de cerrarla, ninguna de ellas se ha cumplido.
Grupos de derechos humanos han denunciado que las condiciones en esta prisión son deplorables. Se argumenta que los detenidos carecen de condiciones mínimas de salubridad e higiene y están bajo constante vigilancia.
En resumen, la decisión de enviar migrantes a Guantánamo ha generado controversia y críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos, quienes han expresado su preocupación por las condiciones inhumanas a las que podrían enfrentarse los detenidos en esta prisión.