El Gobierno de Venezuela ha reaccionado con contundencia ante la incautación de una aeronave de propiedad venezolana en República Dominicana por parte de Estados Unidos. Calificando este acto como un «robo evidente», el gobierno venezolano ha responsabilizado directamente al secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, a quien acusa de actuar motivado por un profundo desdén hacia la nación.
En un comunicado emitido por la cancillería venezolana, se exige la restitución inmediata de la aeronave y se señala al gobierno estadounidense como el responsable de este ataque a la soberanía y a los bienes nacionales. La postura oficial del gobierno de Venezuela es clara en su rechazo a esta acción, considerándola una violación flagrante de la integridad de la nación.
La aeronave confiscada en República Dominicana ha desatado tensiones entre Venezuela y Estados Unidos, con acusaciones mutuas de violaciones a las leyes de control de exportaciones y sanciones. La situación ha puesto en entredicho las relaciones diplomáticas entre ambos países, exacerbando aún más la ya complicada situación política en la región.
El gobierno venezolano ha manifestado su disposición a llegar a una solución diplomática y pacífica en este conflicto, pero deja claro que no tolerará acciones unilaterales que atenten contra su soberanía. Mientras tanto, la incertidumbre persiste en torno al destino de la aeronave y a las implicaciones que este incidente pueda tener en el futuro de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos.