El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha solicitado la renuncia protocolaria de varios funcionarios clave de su gobierno en medio de una tormenta política. La petición de renuncias se produjo después de un Consejo de Ministros televisado lleno de tensiones y discusiones que evidenciaron una fractura en su administración.
Entre los funcionarios que presentaron sus renuncias se encuentran la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, el ministro de Culturas, Juan David Correa, y el director del Departamento Administrativo de la Presidencia, Jorge Rojas. La oleada de dimisiones llevó a Petro a solicitar más renuncias protocolarias en un intento por reorganizar su gabinete.
El presidente recibió la renuncia de la canciller Laura Sarabia, quien había sido su mano derecha durante mucho tiempo, así como la de la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez. Este movimiento ha generado una serie de renuncias adicionales en el gobierno, algunas de ellas de forma irrevocable.
El gobierno de Petro, el primero de izquierda en Colombia, se enfrenta a una serie de desafíos y críticas a medida que se acerca el final de su mandato en 2026. A pesar de las promesas de transformación, muchas reformas no se han concretado y viejos conflictos han resurgido.
La crisis política en el gobierno de Petro se ha intensificado en medio de disputas internas y tensiones con aliados y rivales. A medida que se acerca el final de su mandato, la presión sobre el presidente y su administración continúa aumentando, lo que ha llevado a una serie de renuncias y reajustes en su gabinete.
La situación se ha complicado aún más con la suspensión de los diálogos de paz con el ELN y una disputa con el presidente estadounidense, Donald Trump. La incertidumbre política y la falta de avances en las reformas clave han generado preocupación entre la población colombiana.
En medio de esta crisis, Petro enfrenta desafíos tanto a nivel interno como externo, lo que pone en duda su capacidad para mantener la estabilidad y avanzar en su agenda de gobierno. Con un año electoral en el horizonte, el futuro del gobierno de Petro y el rumbo de Colombia siguen siendo inciertos.