El Papa Francisco ha sido hospitalizado desde el pasado viernes debido a una neumonía bilateral, lo que ha generado preocupación debido a su avanzada edad de 88 años. A pesar de esto, el pontífice sigue ejerciendo sus funciones desde el hospital, demostrando su determinación y compromiso con su cargo.
Durante su estancia en el hospital Gemelli de Roma, Francisco ha continuado gobernando la Iglesia católica. Esta no es la primera vez que se encuentra en este hospital, habiendo sido hospitalizado en ocasiones anteriores por distintos problemas de salud. A pesar de la enfermedad, el Papa ha dejado claro su intención de seguir adelante y no claudicar fácilmente.
Aunque Francisco ha respaldado la opción de renunciar al papado en caso de impedimento médico, no ha especificado cuál sería ese impedimento ni quién decidiría sobre su renuncia. La legislación canónica establece que la renuncia del Pontífice debe ser libre y formalmente manifestada, pero no requiere aceptación por parte de nadie.
Durante su convalecencia, los papas no cuentan con sustitutos, ya que su autoridad es suprema y debe ser ejercida libremente. En caso de una enfermedad grave que le impida seguir reinando, la Iglesia católica no tiene establecido un protocolo claro sobre quién tomaría las decisiones en nombre del Papa.
Francisco ha dejado por escrito cómo quiere que sea su funeral, preferiblemente más sencillo y austero. En caso de su fallecimiento, la Iglesia entra en un período de «sede vacante» y el cardenal ‘camarlengo’ se encarga de administrarla hasta que se elija un nuevo Papa. En este momento, el cardenal Kevin Joseph Farrell es el encargado de esta función.