El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció que se ha llegado a un acuerdo de cooperación con Estados Unidos para alojar a los 299 migrantes deportados en un hotel mientras esperan ser devueltos a sus países de origen. Esta medida busca evitar un posible «embotellamiento» de personas que regresan a Suramérica, según lo expresó Mulino en su conferencia de prensa semanal.
Mulino aclaró que este acuerdo con EE.UU. solo contemplaba a los 299 migrantes en tres vuelos ya arribados y no habrá más participantes. El objetivo es manejar de manera coordinada y ordenada el flujo de inmigrantes, evitando un desorden que pudiera inundar Panamá en ruta hacia otros destinos en el sur.
Hasta el momento, 13 migrantes han regresado voluntariamente a sus países, mientras que más de un centenar continúa en el hotel a la espera de completar los trámites necesarios para su repatriación. Además, otro grupo de migrantes ha sido trasladado a un albergue en una zona urbana de Darién, frontera con Colombia, para su posterior traslado.
Los migrantes, que llegaron al país en tres vuelos procedentes de Estados Unidos, están bajo la custodia temporal del Gobierno en el hotel Decapolis, mientras que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) gestionan su repatriación.
Mulino aseguró que los migrantes no están siendo maltratados y que se les garantiza alimentación diaria, en cumplimiento de los derechos humanos. También hizo hincapié en que no hay nada oculto en el proceso de alojamiento y repatriación de los migrantes.
En un reportaje de EFE, se evidenció que algunos migrantes expresaron su necesidad de ayuda a través de mensajes en las ventanas del hotel. Incluso, una migrante china fue encontrada en Costa Rica después de evadirse de las instalaciones en Panamá.