El activismo opositor insular está silenciado y desarticulado. Entre “bajo perfil” y “decepciones” se debaten quienes deciden no acudir a las elecciones regionales pospuestas para el 25 de mayo, mientras quienes insisten en defender el derecho a elegir ven los comicios como espacios de participación y lucha.
Pero son velas a la deriva en el único estado insular del país.
Por Efecto Cocuyo
“Lo peor que nos pasa hoy en Venezuela es no poder hablar”, se resigna un elector que opta por el anonimato para evitar represalias porque ha sido activista y defensor de las causas detractoras del oficialismo. “No votaré, al menos que sea una estrategia del liderazgo de González Urrutia-Machado. Me parece un despropósito la campaña en la isla. No quiero opinar del tema, no quiero aparecer en ningún lado”, dice contundente.
Los estudiantes se balancean de la participación a la abstención
Parte de la generación de relevo defiende el voto como opción. Ethan Servigna, presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad de Margarita (Unimar), es determinante al sostener que la participación será crucial en estas elecciones:
“Todos sabemos lo que sucedió el 28 de julio. Fue un golpe muy duro para muchos venezolanos, nosotros vivimos en un estado con realidades distintas a otros por ser unas islas (Margarita, Coche y Cubagua). Muchos opinan que las elecciones no tienen garantías, sin embargo, hay que seguir participando, luchando. Es nuestro derecho votar, también es nuestro deber escoger el mejor gobernante”.
Desde su posición en la dirigencia estudiantil confirma que promueve la participación ciudadana.
“Seguimos fomentando que los estudiantes deben expresar su opinión. ¿Bajar los brazos? ¡Nunca!, se hizo en varias ocasiones dejándonos muchos estados y municipios en ruina. En Nueva Esparta debemos seguir luchando, buscando espacios y protegiendo los que ya tenemos. No nos podemos dar por vencidos. El cargo que tengo justamente fue un ejemplo de democracia”, insiste.
Otra fracción de estudiantes plantea un escenario distinto. De ser militante, miembro de “la resistencia” en las protestas de 2014 y 2017, desde 2023 abandonó las filas de su partido y se dedicó al activismo en defensa de los derechos humanos hasta el pasado 28J.
Ahora se concentra en culminar su carrera y ocultar su identidad por las represalias que son más que simples amenazas. Ella, sin nombre y sin rostro, se esconde en sus recuerdos y confiesa que su expectativa “no es tan inmensa”.
“Esperemos lo que pueda pasar. Tenemos una elección sin cobrar, lo que me genera mucha decepción, pero a la vez ansiedad de pensar que el derecho de elegir quizás nos lo quitaron. Entonces me hace sentir apatía. Quiero escoger quien sea mi gobernante en el estado o en lo legislativo porque es algo que siempre me ha gustado, pero tengo miedo de que otra vez, como ocurrió en julio, nos quiten ese poder sin caretas y solo seamos unos títeres”.
Entre sinsabores reconoce que “la juventud movilizada desde la disidencia ha disminuido muchísimo como consecuencia de la persecución de la que somos víctimas”.
Ciudadanos insulares a la deriva
Mientras los partidos pujan por votos o por su llamado a la abstención, los margariteños se pasean entre el miedo, la desesperanza, la participación y defensa de los espacios.
Otros aún superan los traumas de una detención, traslado y excarcelación, pero una minoría casi invisibilizada todavía espera la boleta de excarcelación de una aprehensión que no debió ocurrir después de protestar por unas elecciones el 28 de julio de las que todavía se desconocen las actas con los resultados.
El 31 de enero el gobernador Morel Rodríguez anunció que aspira a la reelección y desde entonces ha llamado a derrotar la abstención, pero el padrón electoral insular está resquebrajado.
A finales de agosto del año pasado, luego de un mes de los controvertidos comicios presidenciales, Maduró anunció “megaelecciones” para el 2025. Fue hasta el 21 de enero que le puso fecha y seis días después el Consejo Nacional Electoral oficializó el llamado.
En una ruta de transgresiones a la Ley Orgánica de Procesos Electorales, el CNE fechó la convocatoria para el 27 de abril (con apenas tres meses de antelación), pero el 19 de febrero postergaron las “megaelecciones” para el 25 de mayo, cuando se escogerán diputados a la Asamblea Nacional sin conocer aún cuántos serán en total por la “incorporación” de Guayana Esequiba (de la que no se tienen datos sobre las curules que los representarán en la AN), así como las gobernaciones y los centenares de diputados para consejos legislativos de los estados (de los que tampoco se conocen las circunscripciones).
Todo en un solo evento, una sola jornada de la que todavía no se tiene calendario electoral.
Mientras tanto, en Nueva Esparta, al anuncio de la candidatura del actual gobernador se han unido voces de coro. Varios alcaldes y políticos en funciones de la fracción opositora han hecho público su respaldo y ruta de reelección insular. Entretelones, la tolda del Psuv, partido de gobierno, sigue indicaciones centrales y espera las señas de anuncio de candidatos.
Algunas cicatrices deciden la ruta de acción
Una persona que incluso oculta su identidad de género para no afectar a su familiar detenido en Tocorón cuenta que, a pesar de la actividad permanente que tenían como electores y defensores de derechos, ya no se involucran en ningún evento político luego de las detenciones de agosto de 2024, que según registros extraoficiales indican que de los más de 70 capturados en Nueva Esparta después del 28J, quedan alrededor de 17 fuera del estado y dos mujeres en Margarita.
Aunque han efectuado excarcelaciones también han registrado nuevas detenciones.
El proceso que les ha tocado vivir ha sido desgarrador, de no poder visitar al familiar detenido a solo tener acceso las mujeres y apenas desde enero de este año permitieron acceso de hombres cada 15-20 días. El estatus actual: una de muchas familias separadas, 30 kilos menos, un sombrío trance dentro de una lejana prisión y una esperanza de excarcelación que aún no se concreta. La decisión de la familia es no votar y desvincularse de toda actividad ciudadana.
Incertidumbres generalizadas en comunidades vulnerables
Nancy Marcano fue diputada suplente del municipio Península de Macanao en 1996, también cuenta en su gestión política el paso como adjunta al Síndico Procurador Municipal de Mariño, consultora jurídica de Macanao y fundadora de iniciativas políticas en ambos municipios.
Es educadora y abogada. Sigue en Macanao y entredientes confiesa: “Por aquí veo a la gente muy apática, no creo que tengan expectativas, ni confianza, ni ganas de participar en las elecciones de mayo. Hay mucha soledad y tristeza”.
Comparte sus recuerdos de la jornada presidencial pasada: “El día siguiente (29 de julio) cuando se sabían los resultados, fue el día más alegre que ha visto nuestro pueblo en muchos años. Mucha gente en la calle, a la orilla de la playa o a las puertas de las casas. Se veía la diferencia porque hace mucho tiempo que en esta parte del pueblo a partir de mediodía no se ve gente. Es prácticamente un pueblo fantasma, las casas y negocios están abandonados. Pero cuando dieron los resultados del CNE el ambiente cambió, la tristeza y el malestar se volvió a apoderar de la gente y de la calle. No hubo celebración por la reelección en este sector”.
Aunque no se atreve a predecir la jornada del 25M es enfática cuando califica de negativas las consecuencias de las elecciones y resalta el pesimismo y apatía de la comunidad donde ha hecho su vida.
