El 14 de abril, la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes emitió una contundente declaración en la que acusa a ciertos diputados chilenos de manifestar una actitud «indignante y racista» en torno a la llegada de niños haitianos al país, en el contexto de procesos de reunificación familiar.
Organizaciones Migrantes Denuncian Xenofobia de Diputados en Caso de Reunificación Familiar de Niños Haitianos
La red critica que estos parlamentarios no solo han difundido información incorrecta, sino que han instrumentalizado la situación de la infancia migrante para infundir temor en la sociedad con propósitos electorales.
«Utilizar la migración para crear pánico social y cosechar votos a través del miedo es una práctica vergonzosa y peligrosa», señalan las organizaciones firmantes.
La crítica se centra en cómo se ha intentado vincular la llegada de estos niños con ingresos migratorios irregulares y el comercio informal en algunos sectores de Santiago, lo cual, según la red, refuerza estigmas y promueve el racismo.
«Son niñas, niños y adolescentes. Tienen derechos. Y eso, parece, es lo que algunos prefieren olvidar», denuncian.
El comunicado también resalta el desconocimiento —o desprecio— hacia el esfuerzo de numerosas familias migrantes que, tras años de espera, sacrificios económicos y duelos emocionales, logran finalmente reunirse.
«Cuestionar el derecho a la reunificación familiar y al interés superior de la niñez solo por oportunismo electoral es inaceptable», afirman.
La red desmintió categóricamente las insinuaciones de que niños puedan ingresar solos y sin documentación por el aeropuerto:
«Es falso. Y más grave aún es construir teorías conspirativas sobre esta base, como han hecho algunos parlamentarios, irresponsablemente».
Lejos de ser un problema, subrayan las organizaciones, la población migrante contribuye significativamente al país.
«Nos acusan de gastar recursos, de no aportar, incluso de delinquir, pero los datos son claros: con nuestro trabajo aportamos más del 10% del Producto Interno Bruto. Somos parte activa de esta sociedad y merecemos ser tratados como tales».
La declaración concluye con un llamado urgente a las autoridades:
- A informar con verdad y responsabilidad.
- A no convertir la migración —y mucho menos a la infancia migrante— en un botín político.
- A respetar los tratados internacionales y las leyes que garantizan el derecho a vivir en familia.
- A dejar de fomentar el odio y la exclusión por el solo hecho de haber nacido en otro país.
“Basta de usar a nuestros niños para ganar elecciones. Basta de sembrar odio. Luchamos por el derecho a vivir en paz, por la reunificación familiar y por el respeto a nuestra dignidad. No somos amenaza. Somos parte del Chile que existe, que trabaja y que también sueña”, concluyen las organizaciones.
