La gente compra de a poquito porque no hay plata para la lista completa de un solo golpe
Por diversas razones las ventas de útiles escolares esta temporada no ha sido la esperada. La proliferación de ferias escolares y el bajo poder adquisitivo de los venezolanos ha impactado las ventas, que han sido inferior incluso a las registradas durante la época de pandemia.
Así lo refleja un trabajo de publicado en el portal Crónica Uno, que conversó con vendedores sobre la situación actual.
Testimonios
Desde hace 25 años, Nadia vende uniformes escolares en las ferias de útiles del centro de Caracas. Durante 2022, el negocio de su esposo Andrés, quien se dedica a hacer zapatos y venderlos por Mercado Libre no tuvo éxito. Entonces apostaron por llevar juntos el espacio donde ofrecen monos, franelas, chemises, pantalones, suéteres y medias. Sin embargo, muy al contrario de su meta, las ventas en 2023 han sido de las peores, inclusive mucho más que en la pandemia, explican.
Andrés asegura que, más allá de los bajos salarios y la crisis económica del país, la excesiva cantidad de ferias distribuidas en distintos espacios del centro de la ciudad han perjudicado a los vendedores, quienes tienen costos y ofertas similares, dijo en referencia a las ferias ubicadas en La Hoyada, la plaza El Venezolano, Plaza Caracas, Nuevo Circo y quioscos a lo largo del puente Fuerzas Armadas.
Con ellos coincide Pedro, quien junto a una vendedora a su lado, critica que el alto precio de los toldos tiene un costo de 250 dólares por semana. “Imagínate, uno porque se prepara durante el año, tiene sus ahorros y sabe, pero es una maldad tener tanta competencia y de paso sacar para el alquiler del puesto”, se quejó.
Comerciantes de la feria situada cerca al Metro de La Hoyada afirman que los mercados chinos hacen parte de la competencia. “La gente compra pensando en ahorrarse los dólares. Ya no están pendientes de la calidad, sino de la economía”, dicen.
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Compras de a poquito
Perla camina en el centro de Caracas en búsqueda de los materiales escolares solicitados en la lista para su hijo, quien cursará primer grado, relata Crónica Uno. Asegura que, “de a poquito”, en cada quincena logra comprar lo solicitado en el papel que guarda en su cartera. “Aquí voy marcando lo que ya tengo. Compro, tacho y así. Ya me falta poco. La verdad no pidieron tanto, lo que pasa es que el dinero no alcanza”, manifiesta.
Zuleima, una vendedora en unos de los stands en la plaza El Venezolano cuenta que desde que se abrieron las ferias a finales de julio, no ha vendido ni una lista de útiles escolares completa. “Todos lo hacen graneadito. Hay quienes compran que si unos cuadernos, los lápices, luego se van y ves que en la quincena regresan y se llevan otras cositas. La cosa ha estado bastante pesada. La gente no tiene”, subraya.
“Acá les hacemos una rebajita. Uno sabe que la gente hace un esfuerzo”, afirmó una vendedora en la plaza Diego Ibarra.