“En la vida pocos sueños se hacen realidad, pero la mayoría se roncan”… Enrique Jardiel Poncela.
La Pregunta de la Semana…: El 16 de diciembre de 1920, se cumplirán 103 años, las Grandes Ligas, con 16 equipos, anunciaron que utilizaban, en promedio, 30 mil pelotas por temporada. Ahora, con 30 equipos, usándolas solo muy blancas y con peloteros y ball boys regalándolas al público, ¿a cuánto llega esa cifra?
La respuesta…: A 120 por juego, más de 13 por cada inning, 291 mil 600 pelotas en la temporada.
Scott Boras esperaba firmar a Julio Urías en octubre para 10 temporadas, por 400 millones de dólares, o más.
Pero todo parece perdido.
La inteligencia para ser un ciudadano correcto en la vida privada es mucho más difícil de manejar que la necesaria para ser lanzador estelar de los Dodgers.
Es lo que demuestra el mexicano de Culiacán, quien nació zurdo, como ayuda de Dios, para que tuviera mayores ventajas sobre el montículo.
Julio era primero en la rotación de los Dodgers, empeñados en mantener su buena ventaja, montados como están en la cima de la División Oeste, sobre los Diamondbacks.
Puede Julio dominar bateadores en serie y ganar más juegos de los que pierde, ya que va con 11-8 en 21 aperturas este año; y en su brillante carrera, ya de ocho temporadas, ha sido tan excelente como para acumular 60 victorias frente a apenas 25 derrotas, con 3.11 de efectividad.
Pero a los 27 años de edad, cuando se supone que es un adulto hecho y derecho, y con una preciosa profesión, actúa como un borrachito callejero y desempleado en la madrugada del sábado.
No es capaz de ponerse de acuerdo consigo mismo para evitar que la policía tenga ventajas sobre él.
Los Dodgers, contra los deseos de todos los allegados, se han visto en la necesidad de sacar a Julio Urías de la rotación, mandarlo al exilio, al limbo, “mientras se arreglan las cosas”.
No se ha revelado una información definitiva, pero me informan que el caso es una nueva agresión de Julio a una dama. La víctima sería su pareja, Daisy Pérez.
Si se trata de la vieja historia, Julio es un tonto por no haber resuelto aquellos problemas. Si es una nueva agresión, tonto mil veces por reincidente y desmemoriado.
El zurdo tuvo que pagar 50 mil dólares para salir en libertad, y se duda que los Dodgers lo vayan a firmar cuando en octubre sea agente libre.
Eso perjudica, por supuesto, a su gente, Scott Boras.
Amanecerá y veremos.