La historia recurrente del Inter Miami y Lionel Messi sigue este libreto: El club afirma una y otra vez que su astro podría jugar, pero el argentino simplemente no aparece en la cancha.
El patrón se repitió de nuevo el sábado cuando Messi, siete veces galardonado con el Balón de Oro, quedó fuera de la alineación para un encuentro ante el New York City FC.
La confrontación tenía implicaciones relevantes de playoffs en la MLS para ambos clubes. Messi padece una lesión en una pierna, cuya gravedad no ha sido revelada por el equipo.
El anuncio de que Messi no jugaría fue emitido por el club unos 45 minutos antes de la hora de inicio del cotejo sabatino.
“No vamos a correr ningún tipo de riesgo. Cuando interpretemos de la charla con el jugador y el servicio médico, que el riesgo está todavía latente, el jugador se queda afuera del partido”, sentenció el estratega argentino Gerardo Martino. “Cada vez entrena mejor, ayer entrenó mucho mejor”.
Aun sin Messi, Miami tuvo cierta magia. El también argentino Tomás Avilés marcó con un cabezazo en los descuentos para salvar un empate 1-1. NYCFC tomó la ventaja a los 77, con un tanto del uruguayo Santiago Rodríguez.
Messi, de 36 años, se ha perdido cuatro de los últimos cinco duelos de Miami, así como otro con Argentina, por un problema que fue descrito originalmente por el club y la selección como fatiga, si bien el parte habría evolucionado.
El único partido en que Messi ha tenido actividad en este tiempo consistió en una aparición de 37 minutos ante Toronto el 20 de septiembre. El crack tuvo que marcharse antes del intermedio por lo que se cree es una dolencia de isquiotibiales.
La nueva ausencia llegó en una jornada que Miami comenzó cinco puntos detrás del NYFC, con dos partidos menos. El conjunto floridano controla su destino si quiere avanzar a los playoffs con uno de los nueve pasajes disponibles en la Conferencia Este.
Después del sábado, le quedan a Miami sólo cuatro partidos en la MLS. Y la situación de Messi para esos encuentros sigue siendo un misterio, pese a que algunos aficionados pagan cientos de dólares o más para asistir a los encuentros con la esperanza de verlo jugar.