El vocalista de la banda de rock Guns N’ Roses, Axl Rose, ha sido acusado de agredir sexualmente a una modelo de la revista Penthouse en una demanda presentada este miércoles en la ciudad de Nueva York.
La demandante, Sheila Kennedy, una modelo y actriz, afirma que Rose la agredió sexualmente de manera violenta en 1989, después de conocerse en un club nocturno de la ciudad.
Kennedy ha presentado una demanda por agresión, ataque, violencia de género y por infligir intencionalmente angustia emocional contra Rose. La demanda fue presentada ante la Corte Suprema del Estado de Nueva York y fue obtenida por CNN. No se ha especificado la cantidad de dinero que Kennedy está buscando en la demanda.
La Dra. Ann Olivarius, presidenta del comité ejecutivo de McAllister Olivarius, emitió un comunicado a CNN el miércoles, donde expresó: “Esperamos que la decisión de Sheila Kennedy de presentar esta demanda sea un punto de inflexión importante para el sector musical. Desafortunadamente, su relato es demasiado típico de una cultura de violencia y conducta sexual inapropiada que se ha permitido que exista a plena vista durante décadas. No se trata solo de músicos individuales que se pasan de la raya, sino de un sistema industrial que les permite y luego encubre sus malas conductas y crímenes, silencia a los sobrevivientes y normaliza las agresiones sexuales. Esperamos que la valentía de Sheila ayude a otras víctimas a encontrar su voz”.
Esta acusación contra Axl Rose ha generado gran repercusión en la industria musical y se espera que tenga un impacto significativo en la forma en que se abordan los casos de agresión sexual en la industria. Como líder de una banda de renombre mundial, Rose es una figura influyente y su comportamiento pasado será examinado de cerca en el proceso legal.
La demanda presentada por Sheila Kennedy es otro ejemplo de cómo las víctimas de agresión sexual están luchando por encontrar justicia y poner fin a la cultura de impunidad. A medida que más y más sobrevivientes encuentran el coraje de alzar la voz, es fundamental que se responsabilice a los perpetradores y se cree un entorno seguro y respetuoso en la industria musical y en todos los ámbitos de la sociedad.
Este caso seguirá siendo noticia a medida que se desarrolle el proceso judicial y se espera que tenga un impacto duradero en la forma en que se abordan los casos de agresión sexual en la industria del entretenimiento.