Sin toque de diana, sin mucho ruido y con contados fuegos artificiales. Así inició la jornada electoral de este domingo 3 de diciembre, día en el que los venezolanos expondrían su opinión ante la disputa del territorio Esequibo. Efecto Cocuyo recorrió gran parte de la capital venezolana, de este a oeste, para conocer de primera mano cómo se movieron los caraqueños y sus razones para participar en este proceso.
En los bloques de El Silencio la jornada también fue tímida. Mientras en los centros de votación no se veían mayores filas de votantes, las calles de la ciudad también lucían vacías. “Parece un primero de enero”, comentó un motorizado en Petare. En esta, una de las parroquias más populosas de Venezuela, se veía gente en la calle, pero no en los centros de votación. Situación similar se vio al otro extremo de la ciudad, en Catia, donde la población parecía más atenta de disfrutar el domingo y no de expresar su voluntad electoral.
Los centros de votación del oeste capitalino no se mostraron con afluencia de personas en horas de la mañana. Los centros de los municipios Baruta y Chacao también se mostraron prácticamente vacíos, aunque en este último se vio afluencia de participantes en la escuela municipal Andrés Bello, frente a la plaza Bolívar, donde se instaló un punto chavista en el que se tomaba lista de quienes participaban en la consulta. La escuela municipal Andrés Bello de Chacao tuvo problemas para instalar una de sus mesas.
Normalmente, temprano llegar al liceo Miguel Antonio Caro, en la avenida Sucre de Caracas, era sinónimo de ver a cientos de personas en fila para participar en alguna jornada electoral. Este liceo ha sido el punto de votación de políticos del chavismo, incluso el gobernante Nicolás Maduro sufragó en este lugar en una ocasión. Además, Catia es una zona históricamente considerada como bastión del chavismo en la capital venezolana por lo que era normal ver expresiones de apoyo al gobierno venezolano y sus dirigentes.
Sin embargo, la escena de este domingo 3 de diciembre era diferente. Entre 8:00 y 11:00 de la mañana este liceo veía como llegaban las personas de forma graneada. “Sí ha venido gente, pero poquita”, comentó a Efecto Cocuyo un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Sin embargo, la militancia chavista se movía en la zona para motivar a quienes pasaban por la avenida. Este sitio, normalmente, está lleno de vehículos que hacen que pasar por la zona sea una prueba a la paciencia. Sin ir muy lejos, en el simulacro electoral del pasado 19 de noviembre, había una larga fila de personas que querían participar en dicho evento.
En este lugar votó Óscar Enrique Duarte, habitante de la parroquia Sucre. “Vengo porque el Esequibo es de Venezuela. El proceso de voto es muy rápido y sencillo”, comentó este caraqueño a Efecto Cocuyo a las 7:50 de la mañana de este domingo 3 de diciembre. Por otra parte, Catalina León aseguró que su participación estaba referida al reconocimiento histórico del territorio Esequibo. “Desde pequeños nos dicen que el Esequibo es nuestro. Ahora no es momento de dudar ni de permitir que otros vengan a ocupar nuestro territorio”, afirmó la venezolana. Otro de los testimonios recolectados por Efecto Cocuyo en la zona se refirió a la exigencia de votar. “Yo no estoy tan feliz de votar hoy. Es una exigencia que me hizo la oficina y no me queda de otra”, dijo una votante que prefirió no ser identificada para evitar represalias.
El centro de votación del liceo Andrés Bello, el más populoso de Venezuela, no dejó ver largas filas de personas durante la jornada electoral. Uno de los testigos de mesa comentó que la participación era sumamente baja para lo normal, pero dijo estar esperanzado para el resto del día. En este centro de votación también participaron figuras del chavismo como la diputada Tania Díaz. En la entrada del liceo estaba Zuair Lara, quien barría la acera del plantel educativo. Ella votó antes de las 7:00 de la mañana. Es trabajadora de la empresa Supra Caracas, que se encarga de la limpieza y el aseo del municipio Libertador. Aunque estaba algo confundida, dijo votar en el referendo con la esperanza de que el país mejore.
Entre 8:00 y 11:00 de la mañana de este domingo 3 de diciembre este liceo no presentó ni la mitad de personas que suele mostrar en jornadas electorales. Una clara muestra de la motivación de los caraqueños para esta consulta por el Esequibo.
Las personas en Petare demostraron sus prioridades en la mañana de este domingo 3 de diciembre: comprar comida y productos para el hogar. En los alrededores del plantel Mariano Picón Salas de la calle Lebrún se observaba que las únicas personas que estaban en el centro de votación eran funcionarios de seguridad y quienes trabajaban como testigos de mesa.
Pero los locales cercanos sí estaban llenos. Personas comprando carne, queso, frutas, vegetales y hasta pinturas para el hogar. “Hoy les falló la gente”, comentó una mujer que caminaba por las cercanías del centro de votación. Era más que evidente que la participación estaba siendo más baja de lo que se esperaba para la hora.
A poca distancia, en el colegio José de Jesús Arocha de Petare la escena era similar: sin filas y sin mucho interés por parte de los peatones. Había más personas en la plaza central de Petare, conocida como la redoma del Cristo. En este lugar los niños se tomaban fotos con el árbol de navidad, mientras la gente de tercera edad comentaba sobre la baja cantidad de personas.
“Yo voy a votar por Venezuela. Eso es lo que han dicho. Por Venezuela hay que hacerlo todo. El Esequibo siempre ha sido nuestro y hay que ratificarlo. Pero se ve poco movimiento de gente”, dijo Julio Aristiguieta, petareño y votante en la zona. El venezolano también manifestó que no estaba muy seguro sobre qué esperar de los resultados de la consulta. “Si nosotros autorizamos a nuestro presidente de que defendiera a Venezuela él tiene que defenderla, es su trabajo”, agregó Aristiguieta.