Con el transcurso del tiempo, el mundo del deporte ha tratado de adaptarse a los nuevos tiempos. En un mundo donde todo es breve y fugaz, las demandas también han cambiado. Se ha anunciado que el Mundial de Fútbol de 2026 contará con 48 selecciones, y se espera que en 2030 el número aumente a 62. Este crecimiento sin precedentes se asemeja a un certamen de Miss Universo, donde van quedando eliminadas competidoras hasta llegar a las finalistas.
Sin embargo, este aumento excesivo de equipos ha generado controversia en el mundo del fútbol. Mientras algunos defienden esta inclusión argumentando que es necesario que sea una congregación democrática donde participen todos, otros creen que solo deberían clasificar los equipos superiores, los clásicos y las nuevas promesas.
Si hacemos un recuento histórico, siempre han sido solo 16 los equipos afortunados que participan en el Mundial, aumentados en algún momento a 24 y luego a 32. Sin embargo, la FIFA, sin ocultar sus intenciones como una corporación universal, busca expandir el torneo de fútbol y abarcarlo todo, tal como el pulpo de la era.
Este fenómeno de aumento de equipos también se ha replicado en otros deportes. En las grandes ligas de béisbol, antes solo clasificaban a la Serie Mundial los ganadores de cada circuito. Sin embargo, los dueños de los equipos, al ver que el baloncesto de la NBA ganaba popularidad, decidieron aumentar el número de equipos clasificados a la postemporada, llegando a incluir a 12 de los 30 equipos en la actualidad.
En la NBA, 16 de los 30 equipos clasifican a la segunda ronda de playoffs. Este contagio de aumentar la cantidad también se ha visto en el béisbol venezolano, donde ahora clasifican a la siguiente fase cuatro de los ocho equipos, e incluso se ha agregado un equipo más después de una pelea entre el quinto y el sexto lugar de la tabla final. Todo esto se hace con el objetivo de complacer a los fanáticos y hacer los torneos más atractivos, aunque los puristas del juego critiquen estos cambios que van en contra de los principios del deporte.
El deporte se encuentra en constante evolución, impulsado por las circunstancias de la vida y la necesidad de adaptarse. Sin embargo, esta evolución también lleva consigo una teoría participativa que se asemeja al facilismo de los tiempos actuales.
Solo el voleibol ha experimentado cambios significativos en su estructura, con movimientos en sus raíces que lo han hecho popular en todo el mundo. Al cambiar las reglas de juego y aumentar los puntos necesarios para ganar un set, el voleibol se ha vuelto más dinámico y emocionante, adaptándose a las exigencias de la televisión y ganando relevancia a nivel internacional.
En resumen, mientras que el deporte se ha convertido en un valor social indiscutible y una parte esencial de nuestra vida cotidiana, el fútbol, el béisbol y el baloncesto no han modificado su estructura fundamental. Aunque se han realizado pequeños cambios cosméticos, no ha habido modificaciones significativas. Los otros deportes han experimentado propuestas de modernización, pero sus directivos, arraigados a las tradiciones, se han mostrado indecisos a la hora de implementar cambios radicales.
En conclusión, el deporte está en constante evolución y solo el tiempo dirá qué cambios nos depara el futuro. Podríamos encontrarnos con un Mundial de Fútbol donde participen todos los países del planeta, ligas deportivas donde los equipos de menor calidad también tengan oportunidades de clasificar, y torneos dentro de torneos. Si bien esto podría satisfacer a todos, el espíritu competitivo de las personas quedaría perdido y sin voz en la historia.
Fuente: Líder en deportes.