Una de las principales causas de muerte en todo el mundo está directamente relacionada con el tabaquismo. Este hábito puede desencadenar enfermedades crónicas pulmonares, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer. Aunque dejar de fumar puede resultar difícil, es posible y, además, mejora la salud. A continuación, te contamos qué le sucede a tu cuerpo cuando dejas de fumar.
Algunas personas creen que el daño ya está hecho después de haber fumado durante mucho tiempo, por lo que se niegan a abandonar el tabaco. Sin embargo, diversas investigaciones indican que dejar de fumar tiene numerosas ventajas que son muy beneficiosas para la salud. Cuando dejas de fumar, contribuyes a mejorar tu ritmo cardíaco y tu capacidad respiratoria, ya que los niveles de monóxido de carbono en la sangre vuelven a la normalidad después de unos días.
Además, cuando dejas de fumar, la función pulmonar mejora y la tos que suele afectar a la mayoría de los fumadores disminuye, lo que ayuda a mejorar la capacidad para hacer ejercicio. Los expertos en neumología afirman que las personas que dejan de fumar también experimentan una mejora en sus sentidos del gusto y el olfato, ya que muchas veces no se dan cuenta de que los han perdido.
Los estudios revelan que dejar de fumar también reduce el riesgo de sufrir un infarto. Con el paso del tiempo, la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares se minimiza. En comparación con las personas que siguen fumando, el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular puede disminuir hasta un 63% y, con el tiempo, llegar al 100%.
Otro beneficio importante es que dejar de fumar reduce el riesgo de padecer cáncer. Con el tiempo, el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón, cabeza, cuello o esófago, disminuye. Abandonar este hábito no solo contribuye a mejorar la salud, sino que también ayuda a evitar otras enfermedades graves.
En conclusión, dejar de fumar tiene numerosos beneficios para la salud, como mejorar la función pulmonar, reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer, y recuperar los sentidos del gusto y el olfato. Aunque abandonar este hábito puede resultar difícil, los beneficios a largo plazo son significativos y contribuyen a una vida más saludable.