Familias de la etnia Jivis se desplazan de sus hogares en Bolívar y Amazonas a campamentos improvisados en la periferia de Barbacoas, en el sur de Aragua, y El Sombrero, en Guárico, para trabajar en la agricultura, debido a la precariedad en la que viven. A pesar de la falta de acceso a información electoral, expresan su deseo de participar en las elecciones presidenciales y ser escuchados por los candidatos.
Víctor Febres comienza a desmontar el campamento improvisado donde está alojado desde finales de octubre de 2023. Prepara sus pertenencias ya que culmina su trabajo agrícola en las tierras del sur de Aragua con el final de la temporada de sequía. Aunque está inscrito en el Registro Electoral, desconoce la fecha de las elecciones.
El campamento provisional de Víctor está ubicado a 10 kilómetros del pueblo de Barbacoas, en el estado Aragua. Está construido con palos de madera, encerado y bolsas plásticas que sirven de techos improvisados para protegerse del sol.
Allí se encuentran Víctor y su familia, compuesta por más de 15 indígenas de la etnia Jivi, provenientes de Caicara del Orinoco, estado Bolívar, en busca de una mejor calidad de vida. Desde hace un año, Víctor, que es el cacique del grupo encargado de la siembra y cosecha de hortalizas, viaja más de 330 kilómetros para trabajar en las tierras del sur de Aragua.
A Víctor no le interesa hablar de política. Su único objetivo es conseguir comida para su tribu, ahorrar dinero para el regreso a Caicara del Orinoco sin dificultades y disfrutar de la pesca cuando puede.
La falta de información electoral afecta a muchos venezolanos, incluyendo a Víctor, quienes desconocen detalles importantes del proceso electoral. La escasa promoción en los medios de comunicación y la censura contribuyen a la opacidad informativa en el país.
En los campos de cultivos de Barbacoas y El Sombrero es común ver a miembros de comunidades indígenas trabajando como mano de obra agrícola. La falta de incentivos económicos y la ocupación de tierras obligaron a familias indígenas de Bolívar y Amazonas a establecerse en estas zonas.
José González, un indígena Jivis, originario de Samariapo en Amazonas, vive junto a ocho familias Jivis en las afueras de Barbacoas. Se trasladó al sur de Aragua en 2019 debido a las condiciones precarias en Amazonas.
El desplazamiento de los pueblos indígenas de Amazonas y Bolívar ha sido evidente desde el inicio de la emergencia humanitaria en el país. Grupos indígenas como los Jivis han tenido que buscar mejores condiciones de vida en otras regiones debido a la explotación minera y la presencia de grupos armados en sus territorios ancestrales.
José, a diferencia de Víctor, está al tanto de las elecciones presidenciales del 28 de julio y espera votar junto a su tribu para mejorar su situación. Representa a los Jivis establecidos en Barbacoas que, a pesar de no estar afiliados a ningún partido político, desean un gobierno que atienda sus necesidades y respete sus territorios.
La situación de los pueblos indígenas en Venezuela ha sido objeto de preocupación, especialmente en el contexto del Arco Minero del Orinoco. La explotación de minerales en esta región ha afectado a las comunidades indígenas, forzando su desplazamiento y poniendo en riesgo su supervivencia.
El voto indígena en Venezuela tiene particularidades propias, con elecciones realizadas en un día distinto y bajo un reglamento específico. A pesar de los desafíos, representantes como José esperan que su voto contribuya a mejorar la situación de sus comunidades.
En resumen, la historia de Víctor y José refleja la realidad de muchas familias indígenas en Venezuela, desplazadas por la precariedad y en busca de una mejor calidad de vida. Su participación en las elecciones presidenciales representa la esperanza de ser escuchados y atendidos por los candidatos en un país marcado por la opacidad informativa y las dificultades socioeconómicas.