La falta de servicios básicos en La Restinga, Venezuela, está afectando gravemente el turismo y la calidad de vida de sus habitantes, quienes dependen de la actividad turística y la venta de ostras.
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Falta de Servicios Aleja a Turistas y Afecta a Habitantes de La Restinga
La playa de La Restinga, ubicada en la isla de Margarita, es la más extensa de Venezuela, con 27 kilómetros de belleza natural.
Sin embargo, la falta de servicios básicos como agua, electricidad y saneamiento ha llevado a una caída significativa en la actividad turística, afectando gravemente a la comunidad local.
Impacto de la Falta de Servicios en el Turismo y la Comunidad de La Restinga, Venezuela
Ascensión González, miembro de la Asociación de Ostreras de La Restinga, navega en un pequeño bote bajo el intenso sol, adentrándose en un humedal costero de aproximadamente 18,700 hectáreas.
La travesía hacia el embarcadero de “El Indio”, en el Parque Nacional La Restinga, puede durar hasta una hora.
En la laguna, buscan las raíces adecuadas del mangle para extraer ostras, un molusco bivalvo cuya venta ha sido crucial para el sustento de sus familias en esta comunidad del municipio Tubores, donde residen menos de 400 personas.
No obstante, la falta de turistas ha afectado esta actividad, y los habitantes dependen en gran medida de la ayuda gubernamental a través del Sistema Patria. Muchas veces, las ostreras regresan sin haber vendido sus productos.
Turismo en Declive
La crisis en los servicios básicos también impacta la experiencia de los pocos turistas que visitan la zona.
González señala que “el turismo ha disminuido significativamente”, y los pescadores enfrentan dificultades para obtener combustible necesario para sus faenas.
La electricidad sufre cortes frecuentes, y el suministro de agua es irregular, lo que agrava la situación.
A pesar de la escasez de agua potable, las cloacas están colapsadas, creando un ambiente propicio para enfermedades, especialmente cutáneas. “¿Qué turistas querrían venir aquí con estas condiciones?”, se pregunta González.
La provisión de alimentos es limitada; los habitantes a veces compran en Boca del Río o reciben cestas alimentarias enviadas por el gobernador Morel Rodríguez. La mayoría de los residentes perciben una calidad de vida baja.
Viviendas en Mal Estado
Luis Daniel Salazar González describe la difícil situación de su comunidad, destacando la falta de agua y problemas eléctricos.
Las viviendas, que albergan a más de 400 personas, están en condiciones precarias, con techos deteriorados.
María Gregoria Vicent vive en una casa asignada por la Misión Vivienda, pero enfrenta graves problemas debido al deterioro de su hogar.
Con cinco personas a su cargo, su trabajo como vendedora de ostras apenas les permite subsistir. A pesar de sus solicitudes de ayuda a las autoridades, no ha recibido respuesta, dejándola sintiéndose sola y desamparada.
“Si tan solo el Ministerio del Turismo prestara atención a la playa La Restinga, nuestra situación económica podría mejorar”, concluye González.