En Venezuela, de acuerdo con la Constitución, el año 2025 estará marcado por las elecciones de alcaldes y gobernadores, además de las parlamentarias. Ante este escenario electoral, el poder político en Miraflores y el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) están trazando su estrategia para recuperar el voto popular a su favor, luego de los acontecimientos en los comicios presidenciales del 28 de julio.
El presidente Nicolás Maduro, el 8 de noviembre, anunció que la tolda roja volverá a separar las elecciones de alcaldes y gobernadores, las cuales se realizaron de manera conjunta en 2021. Según sus palabras, “Pareciera que lo mejor sería ir a una elección separada. Primero alcaldes, después gobernadores y después el Parlamento, pero esa es mi opinión, es una opinión más en el debate”.
En marzo de 2021, la Asamblea Nacional (AN) con mayoría chavista derogó la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estadales y Municipales, permitiendo así al Consejo Nacional Electoral (CNE) convocar “megaelecciones” el 21 de noviembre de 2021. Ahora, el chavismo decide nuevamente separar los comicios estadales y municipales.
Se mide el terreno y se divide
Según el politólogo Piero Trepiccione, la estrategia de separar las elecciones municipales y de gobernadores es una forma de medir la fuerza política del Psuv en el terreno y potenciarla sin arriesgar más cargos de poder. Eugenio Martinez, director del portal de análisis electoral Votoscopio, señala la “táctica” de dividir a la oposición, lo que podría generar diferencias entre distintos sectores opositores y favorecer al chavismo.
Convocatorias a conveniencia
Para Martinez, hacer las elecciones de alcaldes y gobernadores por separado es lo correcto, pero por cálculo político, el Psuv optó por realizar megaelecciones en 2021. Esta decisión podría alterar la uniformidad del mandato de autoridades ejecutivas y legislativas a nivel regional y municipal.
En el ámbito político venezolano, el poder ha mostrado una tendencia a juntar o separar elecciones según sus intereses en el momento de la convocatoria. Esto ha generado críticas de analistas que abogan por un marco regulatorio que garantice la competitividad electoral y la participación de todas las fuerzas políticas del país.
¿Murió el voto en Venezuela?
La oposición, que respaldó la candidatura de Edmundo González en las elecciones presidenciales, ve con preocupación la falta de reconocimiento de la voluntad popular expresada en las urnas por parte de Maduro. Por su parte, altos voceros del Psuv han insinuado que aquellos que no reconozcan un nuevo mandato del presidente no podrán participar en elecciones, lo que refleja las reformas electorales en curso.
Si bien no hay cambios concretos en las leyes electorales, expertos como Trepiccione advierten sobre posibles restricciones a la participación política y al pluralismo político en Venezuela. La situación electoral en el país está enfrentando serias amenazas, lo que plantea un escenario incierto para el futuro de la democracia en Venezuela.