En los últimos meses, se ha observado un cambio en la preferencia de los comercios en Venezuela en cuanto a la moneda extranjera de referencia para los pagos. A pesar de que el dólar ha sido tradicionalmente la moneda más utilizada en el país, el euro ha comenzado a ganar terreno en diversos sectores durante el último trimestre.
Cada vez más establecimientos han optado por usar el euro como referencia para los pagos. Los clientes tienen la opción de cancelar directamente en euros o, si prefieren hacerlo en bolívares, el monto se calcula a la tasa oficial del euro, según un recorrido realizado en Caracas por la agencia Efe.
Los desequilibrios en el mercado cambiario han sido el principal motivo por el cual muchos comerciantes han optado por emplear el euro en lugar del dólar, que ha sido ampliamente utilizado en Venezuela desde 2019. Los vendedores ahora calculan los pagos en bolívares basándose en la tasa del euro publicada por el Banco Central de Venezuela (BCV), buscando equipararse al precio del dólar en el mercado paralelo, que se cotiza aproximadamente un 20% por encima de la tasa oficial.
Actualmente, el dólar se encuentra a 57,71 bolívares en el mercado paralelo y a 48,32 en el oficial, mientras que el euro, según el BCV, está valorado en 51,01 bolívares.
A pesar de la creciente aceptación del euro en los pagos, ciudadanos han denunciado irregularidades en algunos establecimientos donde se aceptan euros en efectivo al mismo valor que el dólar, a pesar de la diferencia en las cotizaciones oficiales. Esta situación ha generado malestar entre los consumidores, quienes prefieren evitar comercios con prácticas poco coherentes que los perjudican directamente.
Por otro lado, un estudio de la consultora Ecoanalítica revela que el 75% de las transacciones en Venezuela se realizan en bolívares, marcando una reducción significativa en los pagos en dólares o divisas en comparación con años anteriores. La brecha cambiaria, que se ha mantenido alrededor del 20% en los últimos meses, ha sido el factor determinante en este cambio de comportamiento de los consumidores respecto a la moneda utilizada para los pagos.