Una parte del personal diplomático ruso en Damasco fue repatriada el domingo desde Siria a Rusia, según anunció el ministerio de Relaciones Exteriores. Esta acción se llevó a cabo una semana después de la caída del aliado de Rusia, Bashar al Assad.
El departamento encargado de situaciones de crisis del ministerio de Exteriores informó que la retirada del personal diplomático ruso se realizó a través de un vuelo especial de la Fuerza Aérea rusa desde la base aérea de Hmeimim en Siria. El vuelo llegó a un aeropuerto cercano a Moscú, aunque no se especificó el número de personas evacuadas.
Entre los evacuados se encontraban miembros de las misiones diplomáticas de Bielorrusia, Corea del Norte y Abjasia, una región separatista de Georgia respaldada por Rusia. A pesar de esta evacuación parcial, la embajada rusa en Damasco continúa operando, según un comunicado de prensa publicado en Telegram.
Tras la caída de Bashar al Assad, quien escapó a Rusia junto con su familia luego de una ofensiva de 11 días liderada por una coalición rebelde dominada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), Moscú ha sufrido un duro revés. Rusia, junto con Irán, era el principal aliado del expresidente sirio y había intervenido militarmente en Siria desde 2015.
El futuro de las dos bases militares rusas en Siria, la base naval de Tartus y el aeródromo militar de Hmeimim, aún es desconocido. Estas instalaciones son fundamentales para que Rusia mantenga su influencia en Oriente Medio, la cuenca mediterránea y África. El Kremlin ha confirmado estar en contacto con las nuevas autoridades en Siria para discutir el destino de las bases.
En medio de estos acontecimientos, la embajada rusa en Damasco continúa operando, a pesar de la evacuación parcial de parte de su personal diplomático. La incertidumbre sobre el futuro de las bases militares rusas en Siria y el impacto de la caída de Bashar al Assad en la región mantienen en alerta a la comunidad internacional.