El flujo de migrantes a través del tapón del Darién en el continente americano ha experimentado una drástica disminución en el año recién concluido. Según datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá, un total de 302,203 personas se aventuraron a cruzar la peligrosa selva entre Colombia y Panamá en 2024, lo que representa una reducción del 42% con respecto al año anterior, cuando la cifra alcanzó un récord de 520,085 migrantes.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha expresado su compromiso de evitar que la migración irregular llegue a la ciudad de Panamá y al resto del país. Desde que asumió el cargo en julio del año pasado, Mulino ha implementado medidas para cerrar por completo el paso a los migrantes irregulares en el Darién.
El tapón del Darién, con una extensión de 5,800 km2 en Panamá y una anchura máxima de 80 km, es el único tramo donde se interrumpe la carretera Panamericana, que conecta los extremos sur y norte del continente. La selva está llena de peligros, desde animales salvajes y enfermedades tropicales hasta la presencia de células del crimen organizado.
La mayoría de los migrantes que cruzaron la selva el año pasado eran venezolanos, seguidos por colombianos, ecuatorianos, chinos y haitianos. Aproximadamente la mitad eran hombres adultos, el 28% mujeres y el 21% niños y niñas.
Las autoridades panameñas han intensificado el control e identificación de los migrantes, así como la persecución de las redes de tráfico que los envían a través de la selva. Una de las medidas polémicas implementadas fue la instalación de cercas de alambre de púas en algunas rutas habituales de migrantes irregulares por la selva.
El gobierno panameño ha reforzado la vigilancia terrestre y marítima en la zona, con el objetivo de reducir los delitos contra migrantes como homicidios, robos y violaciones. También se han desplegado patrulleras de la guardia costera para interceptar embarcaciones que transportan migrantes irregulares desde Colombia.
En cuanto a los vuelos de repatriación, Panamá ha establecido acuerdos con varios países para devolver a migrantes irregulares a sus países de origen. Sin embargo, la mayoría de los migrantes que logran atravesar el Darién continúan su viaje hacia el norte.
A pesar de la reducción del flujo migratorio a través del Darién, no está claro si el presidente Mulino podrá cumplir su promesa de cerrar por completo el paso a migrantes irregulares en 2025. Las acciones del gobierno panameño se han visto influenciadas por factores externos, como los cambios en las políticas de asilo y acogida en países de destino.
En resumen, la reducción en el flujo migratorio por el tapón del Darién se ha atribuido a una combinación de medidas de control implementadas por el gobierno panameño y a factores externos que han desincentivado a los migrantes a emprender esa peligrosa travesía. Aunque se espera que el tránsito migratorio siga disminuyendo, cerrar por completo el paso a migrantes irregulares en el Darién parece una tarea difícil de lograr.