En un nuevo giro de los acontecimientos bajo la administración de Trump, cientos de migrantes serán trasladados desde Estados Unidos hasta una prisión en Cuba debido a ser considerados «criminales peligrosos». La decisión de enviar a los migrantes en situación irregular a Guantánamo, una base militar estadounidense en territorio cubano, ha generado controversia debido a las denuncias de violaciones a los derechos humanos en ese lugar.
Guantánamo ha sido conocido por albergar a presuntos criminales vinculados a los ataques del 11 de septiembre. Aunque el máximo de reclusos que ha permanecido en el lugar ha sido de casi 800, Trump planea equipar la instalación para recibir a más de 30.000 migrantes. Actualmente, todavía hay reclusos considerados terroristas y una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. La decisión de Trump de equipar a los migrantes con criminales amenazantes ha generado críticas.
La información sobre Guantánamo ha sido escasa y ha habido un hermetismo en torno a este tema. Se sabe que la base está arrendada a Estados Unidos desde 1903 y que en 2002 comenzó a utilizarse como prisión. Algunos de los detenidos incluyen a miembros de Al Qaeda, como Khalid Sheikh Mohammed, considerado el cerebro detrás de los ataques del 11 de septiembre. Una de las particularidades de Guantánamo es que al estar en territorio cubano, no se aplican las leyes estadounidenses a los detenidos, lo que genera un limbo legal para los migrantes.
La historia de Guantánamo incluye episodios anteriores donde ha sido utilizada para detener migrantes, como en la Operación de interdicción de migrantes haitianos durante la presidencia de Ronald Reagan en 1980. Esto plantea preocupaciones entre expertos, quienes consideran que la última medida de Trump representa un retroceso en la historia y podría dejar a los migrantes en condiciones más vulnerables, incluso violando bases legales que indican que Estados Unidos debe proteger a las personas en su territorio.