Tras las elecciones presidenciales y la toma de posesión de Nicolás Maduro como Jefe de Estado, se ha presentado una oferta electoral por parte del mandatario y su entorno. Esta oferta busca reconectar con las bases del partido, proponiendo nuevos liderazgos para los cargos de gobernadores, alcaldes y diputados.
Sin embargo, el requisito para estos nuevos liderazgos va más allá de ser simplemente caras nuevas. El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, ha advertido que se han investigado los posibles líderes emergentes en las regiones, incluyendo a opositores, con el fin de detectar posibles «traiciones» y evitar la inclusión de «fascistas».
En este nuevo escenario político, el chavismo se enfrenta al desafío de evitar lo que consideran «traiciones», lo cual aumenta el riesgo de desconfianza en el proceso de renovación de liderazgos. La viabilidad y el éxito de esta renovación son cuestiones que se plantean en medio de un círculo de confianza cada vez más estrecho.
Para algunos analistas, la renovación propuesta por Maduro y el Psuv no se trata tanto de liderazgo como de relevos políticos necesarios para mantener el equilibrio interno del gobierno. A pesar de la capacidad del chavismo madurismo para estructurar grupos de leales en cargos clave, la desconfianza en nuevos liderazgos podría limitar la amplitud de la renovación.
En cuanto a las elecciones parlamentarias de 2020, en las que no participó la oposición mayoritaria, se han visto algunos «rostros nuevos» entre los diputados del chavismo y sus aliados. Sin embargo, persisten los llamados «diputados vitalicios», lo que plantea la necesidad de una verdadera renovación en el liderazgo político del país.
En el ámbito de las gobernaciones, el chavismo ha mostrado apertura a relevos en los últimos procesos electorales, aunque figuras como Rafael Lacava y Víctor Clark han mantenido sus cargos desde 2017. La estrategia del gobierno parece ser mantener el control sobre ciertas gobernaciones y abrir espacio para nuevos rostros en la AN y legisladores regionales.
En este contexto, se han programado alrededor de 48.000 asambleas en el país para proponer candidatos, pero el Psuv ha dejado claro que investigará y filtrará a los posibles candidatos para evitar traiciones. Maduro y su entorno elegirán de manera directa a los candidatos en zonas estratégicas como el Esequibo y el Táchira.
En resumen, la renovación de liderazgos en el chavismo plantea desafíos y riesgos, especialmente en un momento en el que la confianza y la estabilidad interna son fundamentales para el gobierno. La estrategia de mantener el control y abrir espacio para nuevos rostros parece ser la clave para enfrentar los retos políticos que se avecinan.