El diputado opositor Alberto Astorga protagonizó un acto simbólico este viernes al derribar una estatua del expresidente boliviano Evo Morales, quien gobernó el país entre 2006 y 2019. Este gesto se llevó a cabo en conmemoración de los 9 años desde el referéndum que negó a Morales la posibilidad de reformar la Constitución para permitir la reelección indefinida.
Astorga, miembro de la alianza política Comunidad Ciudadana (CC), afirmó que Evo Morales «está totalmente inhabilitado, no puede ser candidato y mucho menos presidente del país». Acompañado por un grupo de personas, derribó el busto de Morales ubicado en el Parlamento y, una vez en el suelo, pisó la cabeza de la imagen que había sido instalada como símbolo de la creación del Estado Plurinacional.
El diputado exhibió un cartel con la inscripción «21F #BoliviaDijoNo», en referencia al referéndum del 21 de febrero de 2016, donde la mayoría de los votantes rechazaron la reelección de Morales. Este gesto se produce luego de que Morales anunciara su intención de presentarse a las elecciones del 17 de agosto con un nuevo partido, el Frente para la Victoria (FPV), rompiendo así con el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que lideró durante casi tres décadas.
Astorga destacó que el referéndum de 2016 marcó el «principio del fin» de Evo Morales. Instó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) a no habilitar su candidatura y a cumplir con la sentencia constitucional de finales de 2023 que estableció que la reelección en Bolivia es por una única vez, de forma continua o discontinua.
Por su parte, la diputada afín a Morales, Gladys Quispe, respondió que, aunque Astorga pudiera retirar el busto del exmandatario, esto no impediría que Morales intentara retomar el Gobierno. La situación política en Bolivia se mantiene tensa ante la posibilidad de que Morales se postule nuevamente a la presidencia.
En cuanto a la viabilidad legal de la candidatura de Evo Morales, en 2016 el 51,3% de los votantes rechazó la posibilidad de que el expresidente compitiera por un cuarto mandato. Sin embargo, en 2017 el Tribunal Constitucional de Bolivia reconoció el derecho a la reelección indefinida, lo que permitió a Morales participar en los comicios de 2019. Tras una serie de protestas y denuncias de fraude electoral, Morales renunció y se exilió, retornando al país en 2020.
Actualmente, Evo Morales se encuentra en el Trópico de Cochabamba, custodiado por sus seguidores para evitar una orden de aprehensión en su contra por un caso de trata de personas. Asegura que está habilitado legal y constitucionalmente para postularse a la presidencia y ha anunciado que inscribirá su candidatura próximamente, desafiando al actual presidente boliviano, Luis Arce, con quien se encuentra distanciado desde finales de 2021.