El pequeño pueblo de Burbáguena, en la provincia interior de Teruel, Aragón, ha sido elegido en 2021 por la asociación Accem para albergar un centro de solicitantes de protección internacional. Esta iniciativa ha traído consigo una revitalización en la zona, con un aumento en la población y la reapertura de servicios esenciales como el transporte escolar y comercios locales.
Desde su apertura en mayo de 2021, el centro ha atendido a más de 1.000 personas en espera de aprobación de sus solicitudes para quedarse en España de forma permanente. Entre las actividades que ofrecen se encuentran clases de español, partidos de fútbol y voleibol, así como la participación en eventos comunitarios.
La llegada de refugiados ha tenido un impacto positivo en Burbáguena, donde se ha observado un aumento en la población y una mayor actividad económica. Personas de diferentes países como Venezuela, Colombia, Perú, Mali, Níger, Burkina Faso, Senegal, Afganistán y Ucrania han encontrado en este pueblo un lugar de acogida.
El alcalde de Burbáguena, Joaquín Peribáñez, ha sido un firme defensor de la llegada de refugiados al pueblo, destacando la empatía y generosidad que estos traen consigo a la comunidad. Según él, la convivencia entre los lugareños y los recién llegados ha contribuido al buen entendimiento y a un clima de fraternidad en la localidad.
La directora del centro de Accem en Burbáguena, Elena Orús, destaca la capacidad de resiliencia y generosidad de los refugiados, quienes llegan al pueblo con historias duras y cargadas de sufrimiento. Para ella, la convivencia entre los habitantes locales y los recién llegados ha generado relaciones positivas y un ambiente de solidaridad en la comunidad.
En resumen, la llegada de refugiados a Burbáguena ha supuesto una transformación positiva para este pequeño pueblo rural, ofreciendo una oportunidad de integración y convivencia en un entorno acogedor y solidario.