El Chocó es un departamento en el este de Colombia que ha estado experimentando una crisis humanitaria debido a la presencia de grupos armados en la región. Recientemente, se informó que el Estado Mayor Central (EMC), un grupo disidente de las FARC, ha ingresado al Chocó por primera vez. Este grupo se ha unido al Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) en su lucha contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN), lo que ha intensificado el conflicto en la zona.
La entrada de un tercer grupo armado al Chocó ha generado preocupaciones entre funcionarios locales, líderes comunitarios y residentes, ya que se teme que esto agrave aún más la crisis humanitaria existente. La situación se ha vuelto más tensa con los recientes combates en la remota cuenca del río San Juan, donde las fuerzas del EGC han estado avanzando hacia el sur, desafiando el control del ELN sobre la región.
Andrés Preciado, director de Conflictos y Seguridad de la Fundación Ideas para la Paz, señaló que el ELN ha estado perdiendo terreno frente a las AGC y está recurriendo a medidas desesperadas, como el paro armado que confinó a miles de personas en sus hogares bajo amenaza de violencia. El secretario del Interior de Chocó, Francisco Vidal, también ha destacado que el ELN está utilizando tácticas más agresivas, como el uso de cilindros de gas cargados con explosivos.
La intensificación del conflicto en el Chocó ha llevado a un aumento de la violencia y la crisis humanitaria en la región. Elizabeth Moreno, lideresa de derechos humanos en la región San Juan, advierte que la presencia de múltiples grupos armados solo empeorará la situación y aumentará los enfrentamientos.
La gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, ha estado solicitando ayuda al gobierno nacional para hacer frente a la crisis actual. En una reunión reciente entre una delegación del gobierno y líderes locales en Condoto, la frustración hacia el gobierno por no atender las necesidades del Chocó durante tanto tiempo fue evidente.
En resumen, la situación en el Chocó es crítica debido a la presencia de múltiples grupos armados que están intensificando el conflicto y causando una crisis humanitaria en la región. Es fundamental que se tomen medidas urgentes para abordar esta situación y proteger a la población afectada. Foto: Alfie Pannell is a comprehensive article that delves into the social fatigue experienced by residents of Istmina, the second city of Chocó in Colombia. The article highlights the frustrations felt by the local mayor, Jaison Mosquera Sánchez, who criticizes the empty promises of successive governments and calls for more government presence and institutional support in the region.
The article also touches on the ongoing conflict in the area, which is seen as both a social and security issue. Despite this, the government continues to prioritize military action over social development. The viceminister of Dialogue Social and Human Rights, Gabriel Rondón Olave, emphasizes the importance of security as the foundation for development in any region, signaling the government’s focus on a «security first» strategy.
Residents of the conflict-ridden area, who have long been neglected by the national government, have learned to place their faith elsewhere. Yulia, a resident who was displaced as a child in 2004 and has since lived in Condoto, expresses her hope that the government will take action to help the region, but ultimately places her trust in divine guidance for politicians to create impactful strategies to address the current conflict.
The article, originally published in English in The Bogotá Post, sheds light on the challenges faced by residents of Istmina and the surrounding areas, as well as the complex dynamics of conflict, social fatigue, and the struggle for government support and development. Through interviews and observations, the article paints a vivid picture of the realities faced by those living in the midst of ongoing conflict and government neglect.