Rechazan demanda por supuesto plagio de "Moana" de Disney
Un juzgado de Los Ángeles ha rechazado de manera rápida y contundente la afirmación de un hombre sobre que la película de Disney "Moana" fue plagiada de su historia sobre un joven surfista en Hawái. Tras dos horas y media de deliberación, el jurado decidió que los creadores de "Moana" nunca tuvieron acceso al esquema y guion de Buck Woodall para "Bucky the Surfer Boy".
La demanda presentada en 2020 por Woodall llegó tarde para reclamar una parte de los ingresos generados por "Moana", que recaudó casi 700 millones de dólares en la taquilla mundial. A pesar de la insistencia del abogado de Woodall, Gustavo Lage, en que las dos obras eran inseparables, el jurado no encontró evidencia de plagio.
Woodall había compartido su trabajo con un pariente lejano que trabajaba en una empresa en el lote de Disney, pero la mujer testificó que nunca mostró el material a nadie en Disney. La defensa argumentó que "Moana" era claramente la creación de John Musker y Ron Clements, veteranos escritores y directores de Disney con una carrera de 40 años que incluye éxitos como "The Little Mermaid", "Aladdin" y "Hercules".
La demanda presentada por Woodall sobre "Moana 2", que recaudó más de 1.000 millones de dólares, sigue activa, pero la decisión del jurado en este caso no parece ser alentadora para él. La jueza Consuelo B. Marshall, quien también supervisa la demanda de la segunda parte, respaldó la decisión del jurado.
Disney emitió un comunicado expresando su satisfacción por el veredicto y destacando el trabajo realizado en la creación de "Moana". Musker y los abogados de Disney optaron por no hacer comentarios fuera de la sala del tribunal.
El jurado, compuesto por seis mujeres y dos hombres relativamente jóvenes, vio la película completa en la sala del tribunal y examinó el esquema de historia creado por Woodall para "Bucky" en 2003, así como actualizaciones posteriores. Las similitudes entre las dos obras incluyen adolescentes en búsquedas oceánicas, semidioses polinesios y personajes que cambian de forma, elementos que, según la defensa, no son protegibles por derechos de autor.
La defensa argumentó que Musker y Clements desarrollaron "Moana" a través de su propia inspiración, investigación y creatividad, basándose en elementos básicos de la literatura y la tradición polinesia. Se presentaron miles de páginas de documentos de desarrollo que demostraban cada paso en la creación de la película, inspirada en las obras de Paul Gauguin y Herman Melville.
A pesar de las similitudes señaladas por el abogado de Woodall, el jurado concluyó que no existía una conexión directa entre "Bucky" y "Moana". La decisión del juzgado de rechazar la demanda destaca la importancia de la originalidad y la creatividad en la industria del entretenimiento, así como la complejidad de probar casos de supuesto plagio en un contexto legal.
En resumen, el veredicto del juzgado de Los Ángeles en el caso de Woodall contra Disney sobre el supuesto plagio de "Moana" demuestra la importancia de la originalidad y la creatividad en la industria del entretenimiento. A pesar de las similitudes entre las dos obras, el jurado concluyó que no existía evidencia suficiente para respaldar la afirmación de Woodall. Este caso destaca la complejidad de probar casos de plagio en un contexto legal y reafirma la importancia de proteger la propiedad intelectual en la creación de contenido creativo.