Una red de corrupción permitió a Chile ‘exportar’ a Europa ladrones con nutridos prontuarios. Si bien el caso explotó en 2019, recientemente otros 10 imputados fueron formalizados por sobornar a funcionarios públicos. Las coimas podían llegar hasta los 2,5 millones de pesos.
La información fue revelada en un reportaje de Radio BioBio, que explica que el modus operandi consistía en que “dos sujetos concurrían a una sucursal del Registro Civil previo acuerdo con un funcionario público. El primero de los involucrados registraba sus huellas dactilares en el sistema biométrico. El software rellenaba así automáticamente sus datos para la elaboración del pasaporte. Pero cuando llegaba el momento de tomar la foto, el segundo de los implicados aparecía en escena y colocaba su rostro ante la cámara”.
“La jugada le permitía a este último contar con un pasaporte con su foto, pero sin sus antecedentes penales. Un documento limpio que le permitía al imputado utilizarlo como mejor le pareciese”, explica el citado medio.
Por estos servicios al margen de la ley, los funcionarios del Registro Civil pertenecientes a esta red solicitaban pagos directos o a través de un tercero. Las coimas iban desde los $700 mil hasta los $2,5 millones.
Esteban Olave, Jordan Espinoza, Roberto Urrutia y Cristian Vega registran amplios prontuarios y todos viajaron a Europa con pasaportes falsos, que obtuvieron gracias a esta red de corrupción en el Registro Civil chileno.