La adaptación, 25 años después, a serie televisiva de «The Full Monty» (Todo o nada), la película con el «striptease» más entrañable del cine, mantiene la química de sus personajes y resulta «atractiva» al abordar «la problemática de la clase trabajadora de todos los lugares del mundo», según dice a EFE su protagonista, Robert Carlyle.
Aquella escena entre tierna, torpe y sexy representada por un grupo de seis hombretones, amigos y extrabajadores del sector minero de Sheffield (Inglaterra) para recaudar fondos benéficos enamoró a la audiencia en 1997.
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Un cuarto de siglo después, el esperado «remake» escrito por los guionistas Simon Beaufoy -a cargo del de la película original- y Alice Nutter, que se estrena en España en exclusiva en Disney+ el 26 de julio, permite al espectador averiguar qué fue de las vidas de esos personajes.
Las respuestas llegan a lo largo de ocho capítulos, en los que la serie ahonda en problemas sociales que ya escocían entonces, como la desigualdad, los recortes del Gobierno o el estado de la sanidad pública.
El personaje de Gaz, interpretado por el escocés Robert Carlyle («Trainspotting»), vive ahora en una caravana y trabaja como portero de un hospital. También en la serie conserva su propensión a actuar por impulso.
En entrevista con EFE, Carlyle admite que cuando le presentaron la propuesta de actuar en la serie tuvo «alguna reticencia» por respeto a las legiones de seguidores que veneraron el filme.
«Tuve ciertas dudas porque de ninguna manera quieres dañar el recuerdo que hay de la película, que tantísima gente adora (…) pero una vez leí el guión y vi que lo hacía Simon (Beaufoy), me pareció una idea extremadamente buena».
Al igual que en 1997, la serie «aborda temas serios de los que hay que hablar», considera el intérprete.
Carlyle explica que «el atractivo duradero» de «The Full Monty», que se traslada ahora a la serie, se basa en que «conecta con problemáticas de todo el mundo; habla de gente trabajadora y problemas de gente trabajadora, gente que puede estar en cualquier parte del mundo».
También cree que «en el mundo hay más cosas que nos conectan que las que nos separan. Te encuentras gente en Japón que dice que la ha disfrutado, un amigo chino me comentaba que le había gustado…».
En la serie, los personajes de Dave Horsfall, interpretado por Mark Addy, y su esposa Jean, encarnada por Lesley Sharp, son ahora cuidador y directora de un colegio local, y, en lo personal, se encuentran atascados en una tediosa rutina matrimonial en la que no logran superar una pérdida.
Lomper (Steve Huison) reaparece casado con Dennis (Paul Clayton) y juntos regentan la cafetería del vecindario, reconvertida ahora en el punto de encuentro.
William Snape, que cuando protagonizó la película apenas tenía 11 años y dio vida a Nathan, cuenta a EFE que al volver a ver la cinta, un cuarto de siglo después, «uno recuerda lo relevantes que son esos problemas (que se plantean) en la vida».
Snape elogia al «genial» guionista Simon Beaufoy, capaz de denunciar situaciones de injusticia social «como el paro, la situación del sistema sanitario público británico NHS, que se está descomponiendo, o el hecho de que muchas personas tengan que recurrir a bancos de comida». Y lo haga, puntualiza, «logrando equilibrar estas tragedias humanas con humor».
También Mark Addy («Game of Thrones»), que encarna a un Dave Horsfall más maduro y más quemado, admite a EFE que ante el proyecto televisivo sintió la inquietud de «hacer algo que socavara» la película. Su «confianza» en Beaufoy le bastó para decir que sí: «Sabía que con él los personajes estaban en buenas manos».
La serie da más relevancia a los personajes femeninos, casi inexistentes o menores en la cinta original.
Lesley Sharp opina que Jean, su personaje, era prácticamente «un personaje satélite a la historia principal, que se centraba en la identidad masculina, la falta de confianza, de autoestima, por la situación económica».
«Jean y Dave en el filme eran dos personajes que se apoyaban pero en la serie tenemos algo muy complejo, ya que no han podido tener una familia, han perdido un hijo y esto les ha llevado en direcciones diferentes. (…) Hay una laguna emocional, de la que ambos son responsables», señala la actriz.