Lizzo enfrenta nuevas acusaciones de acoso laboral y discriminación racial, después de que tres exbailarinas la señalaran por amenazar con despedirlas si aumentaban de peso. Estas acusaciones se suman a las presentadas anteriormente en su contra. Según los demandantes, Lizzo les decía que era normal que las bailarinas fueran despedidas cuando engordaban. Las denuncias provienen de personas que trabajaron en giras con la cantante y en su programa de Amazon Prime Video.
Según el abogado de los demandantes, Ron Zambrano, una de las quejas también señala un ambiente laboral sexualmente cargado, y algunas personas también la acusan de ser mala paga. Aunque aún es demasiado pronto para determinar si las denuncias son procesables, Zambrano sostiene que algunas de ellas podrían serlo.
Las denunciantes también afirman que Lizzo las presionaba durante las giras para interactuar con personas desnudas en los espectáculos. Estas acusaciones han generado una considerable pérdida de seguidores en las redes sociales de la cantante, especialmente en Instagram, donde ha perdido más de 220 mil seguidores desde el 1 de agosto.
Lizzo ha emitido un comunicado negando las acusaciones y expresando que está conmovida por las falsas noticias que circulan sobre ella. Asegura que nunca criticaría ni despediría a un empleado por su peso y que respeta profundamente a las mujeres. Sin embargo, las críticas continúan, y la directora Sophia Nahli Allison la ha acusado de ser arrogante, desagradable y tóxica para las personas que la rodean.
Allison renunció a dirigir el documental de Lizzo después de pasar dos semanas con ella y sentirse manipulada y herida. La cantante afirma que no es la villana que se ha retratado en los últimos días y que no permitirá que la gente use su apertura sexual para difamarla. Con más de 13 millones de seguidores en Instagram, el resultado de estas acusaciones podría afectar aún más su popularidad.