La automatización basada en inteligencia artificial (IA) tiene un “impacto positivo” en el empleo en Europa, aunque esta relación favorable debe tomarse “con cautela”, ya que “estas tecnologías aún se encuentran en sus primeras etapas” y el resultado “podría no extrapolarse al futuro”.
Esta es una de las conclusiones del estudio “Nuevas tecnologías y empleo en Europa”, publicado esta semana por el Banco de España y que explora el impacto potencial de la automatización basada en inteligencia artificial y software en los mercados laborales de 16 países europeos durante el período 2011-2019.
Así, la automatización habilitada por la IA “está asociada con aumentos del empleo” en todos los países analizados, excepto Grecia, sobre todo en las ocupaciones más expuestas a esta tecnología y con una proporción mayor “de jóvenes y trabajadores de mayor cualificación profesional”.
En este sentido, detalla que “los efectos en el empleo y los salarios son más positivos entre los trabajadores jóvenes”, ya que es “más probable que inviertan en habilidades más complementarias con las nuevas tecnologías, especialmente si tienen un alto nivel educativo”.
Por el contrario, es más probable que los trabajadores de mediana edad desempeñen en su empleo tareas que probablemente sean más automatizadas, de modo que “los efectos negativos sobre el empleo y los salarios serían más visibles en ocupaciones con más trabajadores en este rango de edad”.
No obstante, el documento del Banco de España insiste en que los salarios “no parecen verse afectados de manera significativa por la exposición al software”.
Por países, el informe muestra “patrones heterogéneos”, es decir, que la magnitud del impacto positivo “varía mucho” entre ellos, lo que posiblemente refleja un diferente ritmo de difusión de tecnología y educación, además de diferencias en la regulación del mercado de productos (competencia) y en las leyes de protección del empleo.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha concluido en un estudio que la mayoría de los empleos o industrias están parcialmente expuestos a la automatización de tareas por lo que es más probable que la inteligencia artificial (IA) generativa complemente los oficios a través de la automatización y no los sustituya.
El informe, denominado “La inteligencia artificial generativa y el trabajo: un análisis global de los efectos potenciales sobre la cantidad y calidad del empleo” y publicado esta semana, sugiere que la introducción de las nuevas tecnologías no destruirá el empleo, más bien lo aumentará y “transformará”.
En total, un 2,3% del trabajo global, o 75 millones de empleos, podrían automatizarse por tener una mayor exposición tecnológica. Es el caso del trabajo administrativo, por lo que se espera que muchas de sus tareas puedan ser sustituidas o automatizadas.
No es una cifra tan alarmante si se tiene en cuenta que 427 millones de empleos podrían potenciarse por la IA, el 13% del trabajo global, insiste la OIT.
Al igual que indica el informe del Banco de España, este documento explica que los efectos de la automatización son asimétricos según el nivel de desarrollo de los países: el 5,5% del empleo de los países con rentas más altas se verá expuesto a la automatización tecnológica, mientras que en aquellos de renta baja solo afectará al 0,4% del empleo.
También hace hincapié en que los efectos de la automatización a través de la IA generativa afectará a más del doble del empleo femenino, debido a la “sobrerrepresentación de las mujeres en el trabajo administrativo” en países de renta media y alta.
Otra de las conclusiones es que las repercusiones de la automatización dependerán de la implementación de políticas que contribuyan a una transición tecnológica “ordenada, justa y consultiva”, acompañada de capacitación y del impuso de la negociación colectiva.