En varias zonas de Venezuela, a pesar de ser el país con la octava reserva de gas más grande del mundo, el suministro de gas doméstico es intermitente. A pesar de que el presidente Nicolás Maduro les dio a sus funcionarios tres meses para resolver los graves problemas que existen en este servicio desde hace años, el suministro sigue siendo deficiente.
Según el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), aún existen deficiencias en el servicio de gas doméstico en varias regiones del país, a pesar de que se han cumplido los 90 días que el gobierno dio como plazo para solucionar los problemas. El Monitor de Servicios Básicos del Observatorio de Gasto Público de la ONG Cedice Libertad también señala que los tiempos de espera para recargar una bombona de gas son de hasta dos semanas en zonas urbanas y de tres a cinco semanas en áreas rurales.
En algunas comunidades, como San Blas en Petare, el suministro de gas es vital para poder alimentar a los niños de bajos recursos. Sin embargo, muchas veces se quedan sin gas y tienen que recurrir al mercado negro, donde el precio de un cilindro de gas de 10 kilos puede llegar a costar entre cinco y diez dólares, en comparación con el precio oficial de 30 bolívares (92 centavos de dólar).
En otras zonas, como en un pueblo de Aragua, la espera para recargar una bombona puede ser de hasta dos meses, y luego de entregarla, tienen que esperar otras dos semanas para recibirla llena. Además, solo se permite un cilindro por familia.
Según una encuesta realizada por el observatorio, el 60% de los venezolanos considera que el proceso de llenado de las bombonas es inestable e incierto, y el 65% ha optado por pagar tarifas extras para obtener preferencias en el suministro.
Aunque ha habido indicios de mejora en algunos lugares, como un aumento en la frecuencia de suministro, las fallas continúan persistiendo. Además, muchas bombonas están obsoletas y deterioradas, y la empresa estatal encargada de fabricarlas está teniendo dificultades de inversión.
Para solucionar estos problemas, es necesario diagnosticar el problema, invertir en infraestructura y modificar el esquema de tarifas para cubrir los costos de operación y mantenimiento.
Venezuela cuenta con grandes reservas de gas, pero el gobierno atribuye estos problemas a las sanciones internacionales, una afirmación que es rechazada por analistas, empresarios, opositores y varias ONG, quienes piden que se levanten estas medidas.